Sigue grave el corredor herido en el segundo encierro

Los toros sevillanos de la ganadería de Guardiola Fantoni estuvieron ayer a punto de provocar la tragedia en el segundo de los encierros sanfermineros. Paradójicamente fue un cabestro el que con un fortísimo testarazo propinado en el redondel de la plaza a un doblador, Ciriaco Díez Dueñas, natural de Logroño, y de 52 años de edad, causó el herido más grave. Ciriaco Diez fue ingresado en el hospital de Navarra y al cierre de esta edición el pronóstico era grave. Le fue practicada una reducción quirúrgica por luxación cervical, lo que le provoca una tetraplegia incompleta. Según fuentes médicas, estas lesiones podrían acarrear algún tipo de grave parálisis a este asiduo doblador del encierro.Los dobladores son precisamente las personas encargadas de atraer a la manada de toros y cabestros hacia la puerta de corrales cuando penetran en el redondel. Sostienen en sus manos un capote y se juegan la corrida a diario para salvar en muchas ocasiones la de algún gamberro o despistado que se dedica a citar al toro en un coso repleto de corredores.

Un toro rezagado de Guardiola provocó escenas de peligro al volverse en sentido inverso al del recorrido en varias ocasiones y arremeter contra los vallados. En total fueron cuatro las personas heridas ayer por asta de toro, todas ellas con puntazos causados en la cuesta de Santo Domingo y junto al callejón de entrada a la plaza. Uno de los morlacos enganchó en plena carrera a un corredor extranjero a la altura de la plaza del Ayuntamiento y lo arrastró por el jersei durante unos 20 metros hasta despojarle de esta prenda limpiamente. Dos de los heridos por asta de toro lo fueron en el hueco axilar. A Francisco Javier Goñi, de 34 años de edad, y vecino de Pamplona, el astado le propinó una cornada de 10 centímetros de profundidad en el sobaco. En total fueron atendidas por los servicios sanitarios cerca de 40 personas, en una carrera que duró cuatro minutos y medio y en la que se notó un fuerte incremento del número de corredores.

Un visitante de postín en la capital navarra ha sido días atrás Henry Ford, magnate norteamericano de los vehículos que llevan su apellido. Ford llegó a Pamplona el día 5 de julio en un magnífico Boeing 727 alquilado que procedía de Houston (Texas) y con tan sólo cinco ocupantes a bordo además de la tripulación. El multimillonario estadounidense presenció el encierro del día 7 de julio desde un balcón de la calle de la Estafeta.