Cuatro militares, heridos en un atentado con granadas dirigidas al Gobierno Militar de San Sebastián .
Cuatro militares -dos soldados, un sargento y un teniente- resultaron heridos en un atentado con granadas de carga bucea perpetrado ayer contra el Gobierno Militar de San Sebastián. El ataque fue efectuado mediante un dispositivo de tubos lanzagranadas instalado en el maletero, de un vehículo Renault 5 aparcado en batería frente a la entrada principal del edificio del Gobierno Militar, a una distancia inferior a los 10. metros. La policía ha responsabilizado a ETA Militar del atentado, aunque esta organización aún no lo ha reivindicado.
Tres de las granadas erraron su blanco: los ventanales del despacho del gobernador militar de Guipúzcoa, el general Ramiro Guerra Gordo, pero los otros dos proyectiles penetraron a través de la puerta principal y de una ventana lateral de la planta baja, ocasionando destrozos e hiriendo a los cuatro militares.El disparo simultáneo de las cinco granadas de carga hueca produjo un estruendo alargado que provocó la alarma en una amplia área de la ciudad. Los vecinos que se encontraban en las inmediaciones del Gobierno Militar en ese momento, a las 14.55, reaccionaron huyendo a la carrera, mientras otras personas que se encontraban en áreas más alejadas buscaban el lugar del estampido, atribuido inicialmente a la explosión de un coche bomba.
El proyectil que penetró a través de la, puerta principal, tras superar la verja de hierro que bordea la fachada delantera, alcanzó a uno de los centinelas, el soldado Francisco Fontela Albor, de 20 años, natural de Santiago de Compostela, que anoche permanecía ingresado, bajo pronóstico reservado, con heridas de metralla en la pierna derecha.
El sargento Eduardo Villas Terrazas se encontraba comiendo en la sala en que estalló el segundo proyectil y la fortuna le salvó la vida. Eduardo Villas, de 25 años, natural de San Sebastián, padece únicamente heridas y erosiones por metralla en el cuero cabelludo y un esguince en la columna vertebral, y fue dado de alta ayer tarde, al igual que los otros dos heridos, el teniente Manuel García Viñas y el soldado Eduardo Ros Barrenechea, que padecen lesiones similares.
Según el gobernador civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu, el dispositivo lanzagranadas fue accionado por medio de un temporizador puesto en acción seis minutos antes. En consecuencia, los autores del atentado, con toda seguridad terroristas de ETA Militar, cargaron con la posibilidad añadida de que resultara herida cualquier persona que se hubiera interpuesto entre sus proyectiles y su blanco. -
La hora elegida permitió a ETA Militar estacionar su vehículo justo enfrente del Gobierno Militar, en el aparcamiento del Ayuntamiento de la ciudad, e implicó riesgo, asumido por los terroristas, de herir a la población civil en una zona muy frecuentada, incluso a esa misma hora.
T
emor a un coche bomba
Varios cientos de personas se arremolinaron en tomo al edificio del Gobierno Militar inmediatamente después del atentado, cuando las sirenas de las ambulancias y de la policía confirmaban a los donostiarras el atentado. El temor a la existencia de un coche bomba abandonado en el mismo lugar del atentado, una acción que ETAm ha prodigado con resultados cruentos, llevó a la policía a desalojar a las personas que se congregaron en la zona.La hipótesis del coche bomba cobró fuerzas después de que se comprobara que uno de los vehículos estacionados junto al utilizado en el atentado, un Renault 5 blanco robado, que tenía matrícula falsa, estaba registrado en los archivos policiales por una denuncia de robo presentada por Su propietario. El coche fue posteriormente recuperado por su propietario, pero este dato no figuraba, al parecer, en los archivos de la policía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.