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700 barcos españoles quedarán amarrados el 1 de agosto si la CE no renueva el acuerdo con Marruecos

JULIÁN MARTINEZ ENVIADO ESPECIAL, Si no se produce un gesto especial de Marruecos hacia España, parece inevitable que el próximo 1 de agosto la flota pesquera española que faena en aguas marroquíes -unos 700 barcos- tendrá que regresar a sus puertos y amarrar. Ésa es la impresión obtenida por la delegación ministerial, presidida por el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al término de su visita a Rabat. Tanto el ministro como el secretario de Estado para las Relaciones con la CE, Pedro Solbes, admitieron ayer que las negociaciones entre Marruecos y la CE para la renovación del próximo acuerdo pesquero, que todavía no han comenzado, "van a ser muy complicadas", y tienen "dificultades serias" como consecuencia de la "complejidad de los temas" que rodean tales negociaciones pesqueras con el conjunto de compensaciones que Marruecos pretende obtener de la CE.

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Las impresiones de la delegación española están avaladas por el contraste de sus informaciones de primera mano de las posiciones de Bruselas y del Gobierno marroquí.Los temas económicos, sobre todo los relacionados con la CE y especialmente el nuevo acuerdo pesquero, dominaron "abrumadoramente" el contenido de la visita del ministro español a Rabat, según fuentes españolas. En un segundo plano, "se ha tratado el tema de Ceuta y Melilla", dijo escuetamente Fernández Ordóñez, que no quiso dar más detalles del tratamiento que tuvieron las dos ciudades norteafricanas en sus conversaciones con su homólogo marroquí, Abdelafif Filali y con el rey Hassan Il.

El jefe de la diplomacia española añadió escuetamente que ese tema sólo había sido tratado en sus conversaciones el viernes con Filali, a solas y con una duración de 45 minutos. Finalmente, el ministro admitió que Ceuta y Melilla también habían sido evocadas durante la audiencia con el Rey. "Pero ya saben ustedes que no puedo revelar absolutamente nada de las conversaciones con los jefes de Estado", se disculpó Fernández Ordoñez ante la insistencia de los periodistas.

Medios políticos españoles aseguraban que el ministro regresa a Madrid sin ningún mensaje del monarca alauí y sin que el tema de Ceuta y Melilla haya suscitado en esta ocasión una dedicación especial.

'Célula de reflexión'

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La audiencia del rey Hassan Il al ministro español estaba rodeada de una gran curiosidad por el especial significado político que conllevaba. Sobre todo, recordando que en la anterior audiencia del Rey a un ministro español, el pasado raes de enero, Barrionuevo regresó a Madrid con un mensaje de Hassan II en el que éste proponía la creación de una célula de reflexión para analizar el futuro de Ceuta y Melilla.

Aunque el acuerdo pesquero no sea ya un tema bilateral, sino que tendrá que negociarlo la Comunidad Europea a partir del 1 de agosto, la eventualidad de que no esté concluido para esa fecha preocupa mucho más en Madrid que en el resto de las capitales de los doce.

Resolver en Bruselas

Y a pesar de que tanto el ministro español como otros miembros de la delegación insistieran que "ese es un tema a resolver en Bruselas", no se ocultaba ayer que se trata del problema de preocupación más inmediata para la parte española, y que ha dominado directa o indirectamente la visita a Rabat del jefe de la diplomacia española.

El 31 de julio concluye el acuerdo bilateral hispano-marroquí, firmado en 1983 y en adelante tendrá que ser negociado por la CE. Las negociaciones todavía no han comenzado. En enero la Comisión Europea advirtió a Rabat de su disposición a empezar las conversaciones. Pero Rabat todavía no ha dado una respuesta definítiva.

Las conversaciones es probable que comiencen a mediados de este mes. Marruecos pretende que el acuerdo pesquero se negocie paralelamente a sus deseos de redactar el convenio de 1976, que Rabat considera que se ha visto gravemente alterado tras el ingreso de España y Portugal en la Comunidad Europea.

Si el 1 de agosto no hay acuerdo pesquero, la flota española tendrá que amarrar hasta que se firme uno nuevo. Y ese amarre supondría una potencial situación conflictiva que algunos sectores interesados ya pronostican catastrofista y de inmediatos efectos.

Desde posiciones afines a los armadores andaluces y canarios se pronostica en Rabat estos días que si el 1 de agosto no hay acuerdo con la Comunidad Europea, los pescadores antes de amarrar sus barcos se dirigían a la bahía de Algeciras para bloquear la salida de los ferries, en una situación de protesta que impediría el tránsito marítimo a Marruecos de cientos de miles de emigrantes de este país que para esas fechas regresan de vacaciones.

El deseado gesto marroquí, prorrogando temporalmente el acuerdo pesquero bilateral, es sólo una lejana esperanza. La delegación española regresa a Madrid sin una garantía de que ello vaya a ocurrir.

En este contexto la delegación española ha expresado en Rabat "su mejor disposición a dinamizar las relaciones con Marruecos" globalizando sus contactos en todos los ámbitos. Y por iniciativa española se ha advertido a los marroquíes la disposición a negociar el próximo otoño un acuerdo para permitir el tráfico de mercancías marroquíes por territorio español.

Una vieja aspiración de Rabat bloqueada por la presión y los intereses gremialistas de los agricultores levantinos, temorosos de la competencia en Europa de los productos de este país.

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