El CDS pemitirá al PSOE gobernar en minoría en Madrid para controlarle desde la oposición
El Centro Democrático y Social (CDS) permitirá al PSOE conservar la alcaldía de Madrid y la presidencia del Gobierno autónomo, al abstenerse de apoyar a los socialistas y a los conservadores en las votaciones que se celebrarán el día 30 en el Ayuntamiento y el día 2 en la Asamblea regional, instituciones en las que los centristas ejercerán una férrea labor de control de la gestión socialista. El comité nacional del CDS celebrará mañana una reunión decisiva para fijar su definitiva actitud ante la próxima constitución de las corporaciones municipales y las asambleas parlamentarias.
El presidente nacional del CDS, Adolfo Suárez, aseguró el pasado miércoles a este diario, que los concejales y diputados centristas madrileños se abstendrán de apoyar a los candidatos del PSOE y de Alianza Popular en la votación para elegir al alcalde del Madrid y al presidente autonómico. Tal actitud deja libre el camino tanto a Juan Barranco como a Joaquín Leguina para continuar, pero en minoría, al frente del Ayuntamiento y del Gobierno de la Comunidad de Madrid, respectivamente.Fernando Castedo, número uno de la lista del CDS para el Parlamento autonómico, declaró ayer a EL PAÍS: "Tal y como están las cosas, los centristas no vamos a contribuir a que con nuestros votos gobiernen en la Comunidad Autónoma ni el partido socialista ni Alianza Popular. Se trata de una cuestión de estrategia y no de recibir mejores o peores ofertas de los demás partidos. Nosotros queremos dar ejemplo de que la política no es una cosa de mercadería donde lo que importa es negociar puestos de poder".
"El Centro Democrático y Social", añadió Castedo, "va a ejercer una rigurosa labor de control del Gobierno autonómico a través del Parlamento y no va a aceptar ninguna consejería en el Ejecutivo".
Si los representantes del CDS vollan a sus respectivos candidatoss, la única posibilidad de que no gobierne el PSOE es que los concejales y parlamentarios de AP desvíen sus votos en favor de Agustín Rodríguez Sahagún (alcaldía) o Fernando Castedo (Comunidad).
Hipótesis frívola
"Esta hipótesis es una frivolidad", declaró ayer Alberto Ruiz Gallardón, vicepresidente nacional de AP y número uno de este partido en la Asamblea de la Comunidad de Madrid. "Nosotros", insistió, "sólo votaríamos a los candidatos del CDS si previamente hay un pacto de gobierno. Pero en ningún caso les entregaremos gratuitamente nuestros votos para evitar, simplemente, que gobierne el PSOE".
Ruiz Gallardón advirtió, no obstante, que se encuentra al margen de cualquier negociación con el CDS, al igual que José María Álvarez del Manzano, candidato de AP a la alcaldía de Madrid.
Las posibles conversaciones entre AP y el CDS han sido encomendadas a Arturo García Tizón, secretario general de Alianza Popular, y José Ramón Caso, secretario general del CDS, que, al parecer, todavía no han mantenido ninguna reunión. Es probable que mañana celebren una entrevista. De este diálogo no saldrá en ningún caso un acuerdo global, tal y como había propuesto el presidente nacional de AP, Antonio Hernández Mancha y que fue rechazado inmediatamente por Adolfo Suárez. La estrategia adoptada, según todos los indicios, por el CDS es la de no precipitar su acceso al poder, sin renunciar a ejercerlo en donde sus propios votos o un posible acuerdo con otras fuerzas lo aconseje.
Por el momento, el CDS está dispuesto a facilitar a José María Aznar (AP) el acceso a la presidencia del gobierno de Castilla y León; y en cambio en municipios asturianos, o en el gobierno de la Comunidad Valenciana, su pequeño pero decisivo apoyo se inclina hacia el PSOE. En ambos casos, Suárez apoya al partido más votado en las elecciones, opta por la oposición y, de este modo, mantiene un férreo control parlamentario de la gestión de gobierno.
Los socialistas, por lo general, han conversado, tanto en Madrid como en el resto de España, con Izquierda Unida y CDS para reforzar su mayoría relativa en las instituciones. Sin embargo, estos dos partidos no quieren compartir responsabilidades de gobierno. "De lo contrario, el PSOE volvería a tener la mayoría absoluta y quedaríamos anulados como oposición", explicaron fuentes del PCE.
Destacados dirigentes socialistas consideran que al PSOE le resultaría muy difícil ejercer -y más aún hacer perceptible en la sociedad- una labor de oposición municipal y autonómica mientras existe un Gobierno socialista de la nación.
Para AP, la consecución de un acuerdo con el CDS supondría la demostración de que es factible arrebatar el poder al PSOE en una elecciones, si unen sus fuerzas para gobernar. Es decir, el triunfo de la aspiración de Fraga: la mayoría natural.
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