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Matanza en una mina de esmeraldas colombiana

ENVIADO ESPECIAL, Once asesinatos es el primer balance de una matanza ocurrida la madrugada del lunes en la mina de esmeraldas de Cosquez (Colombia) durante enfrentamientos entre grupos de mineros rivales, lo que puede significar la reanudación de una guerra verde.Cosquez está considerada como la mina de más futuro en la producción de esmeraldas de Colombia, pero al mismo tiempo es la más violenta. La zona está dominada por clanes familiares y grupos locales, que defienden con gran cantidad de armas y otros medios las zonas esmeralderas. Esos grupos de Cosquez sólo permiten a los suyos guaquear (buscar esmeraldas, en la tierra y en el lecho del río) en las tierras que ocupan desde generaciones.

Además de unos 5.000 guaqueros, en Cosquez una empresa explota industrialmente la mina de esmeraldas con una concesión del Gobierno colombiano. La empresa había logrado un difícil compromiso entre grupos rivales, los de arriba y los de abajo, a base de repartir equitativamente entre los dos grupos enfrentados 40 puestos de trabajadores en la mina y dejar suficiente cantidad de tierra para que los guaqueros busquen esmeraldas entre los residuos.

Desde el miércoles de la semana pasada subió la tensión en el lugar y se temía una invasión de los de arriba. El Ejército ocupó la zona y permaneció allí hasta el sábado pasado. El domingo fue un día tranquilo, pero en la madrugada del lunes, día festivo por celebrarse en Colombia el Corpus, entraron los de arriba y mataron a ocho de los de abajo de forma indiscriminada, a los que encontraron en aquella hora en su camino. Según versiones recogidas en el lugar, los de arriba se acercaron camuflados con uniformes militares, y después de asesinar, saquearon varias viviendas.

En venganza por esta agresión, los de abajo mataron a tres de los de arriba que trabajaban en la plantilla de la empresa minera y tomaron a otros dos como rehenes. Después se apoderaron de las instalaciones de la mina y retuvieron a un ejecutivo llegado de Bogotá.

Pasividad de la policía

Estos enfrentamientos ocurrieron ante la pasividad impotente de un retén de 25 policías, al mando de un teniente. Cuándo estalló el incidente, los jefes guaqueros del lugar avisaron a los policías de forma tajante: "Ustedes, hijueputas, no se muevan de donde están". La orden fue obedecida.

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