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Los integristas libaneses liberan al hijo del ministro de Defensa, pero retienen al periodista norteamericano Glass

La liberación, ayer, del hijo del ministro de Defensa libanés, Alí Oseirane, de 40 años, es una magra victoria para las tropas sirías que desde el pasado mes de febrero intentan imponer el orden en el sector occidental o musulmán de la capital Ubanesa. La presión siría sobre los integristas shiíes no ha conseguido lo más difícil: la liberación de Charles Glass, el periodista norteamericano que fue secuestrado hace una semana con Oseirane, y su chófer, cuando los tres circulaban por el sur de la capital libanesa.

Adel Oseirane, ministro de Defensa libanés, afirmó que Glass, de 36 años, "está todavía en manos de los secuestradores". El ministro hizo esta declaración al recibir a su hijo Alí, que en unión de su chófer había sido liberado a primera hora de la mañana. Los secuestradores se tomaron la molestia de transportar desde Beirut a Sidón a los dos hombres a los que devolvían la libertad, que aparecieron con las ropas arrugadas y los ojos enrojecidos."No sé nada de Glass, salvo que está vivo. Espero que sea liberado pronto y haré todo lo que esté en mis manos para conseguirlo", dijo el ministro de Defensa. Luego prorrumpió en vivos agradecimientos a "todos los que han ayudado" a la liberación de su hijo, y "particularmente el presidente sirio, Hafez el Asad, el vicepresidente, Abdel Halim Jaddam, y el general Ghazi Kanaan".

Éste había amenazado con una acción militar contra los integristas shiíes que tienen su feudo en los suburbios meridionales de Beirut si Alí Oseirane y Charles Glass no eran liberados rápidamente.

El secuestro es la primera acción de ese tipo que se produce en Beirut oeste desde la entrada, en febrero, de 10.000 soldados enviados por Damasco para restablecer la ley y el orden. El suceso ha sido considerado una bofetada integrista a los propósitos pacificadores de Asad.

Poner en cuestión la alianza

En Beirut se creía ayer que la liberación de Oseirane puede contentar por el momento a los sinos, que no parecen dispuestos a poner en cuestión su alianza con Irán por un periodista norteamericano.De hecho, desde su llegada al sector musulmán de Beirut, las tropas sirias no han pisado los suburbios meridionales, donde se supone que están detenidos no pocos de las dos docenas largas de rehenes extranjeros en Líbano. La continuidad del cautiverio de Glass ha convertido en un sarcasmo las declaraciones del general Ghazi Kariaari, que invitó repetidamente a los diplomáticos y periodistas occidentales a regresar a Beirut oeste.

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Por otra parte, el Gobierno de la República Federal de Alemania anunció ayer que rechaza la demanda de extradición del supuesto terrorista libanés Mohamed Alí Hamedei a Estados Unidos, informa Hermann Tertsch desde Bonn.

Hamedei será juzgado en Alemania Occidental también por los crímenes de los que le acusa la Administración norteamericana: el secuestro de un avión de la TWA en 1985 y el asesinato de un soldado estadounidense que se encontraba en el aparato.

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