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Los habitantes de Pontejos dicen desconocer el futuro de la empresa

JESÚS DELGADO Al otro lado de la bahía, a sólo nueve kilómetros de la capital, se asienta la localidad de Pontejos, perteneciente al Ayuntamiento de Marina de Cudeyo. Sus 5.000 habitantes, que ocupan casas unifamiliares, no saben o no contestan respecto al futuro de unas instalaciones que vieron alzarse, contiguas al sanatorio de Pedrosa, hace unos 15 años para fabricar barcos deportivos. Todavía hoy el nombre de la firma, Taylor Española, SA, figura en la lista telefónica, asentada en el barrio de El Ocre.

Un joven gurdia jurado perteneciente a una compañía de seguridad, pistola en la cintura y flanqueado por dos pastores alemanes, sale de su puesto de vigilancia para atender al visitante que le interroga: "No he oído decir que aquí se vayan a fabricar armas, y si lo supiera, no estoy autorizado para informarle. Somos tres guardias jurados que nos relevamos cada ocho horas".

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La finca tiene unos 7.000 metros cuadrados, y en ella hay tres naves y una estación transformadora de energía eléctrica construida por los actuales dueños. Por ninguna parte aparece el nombre de la nueva sociedad, Industrias Metalúrgicas y Estratégicas de Cantabria, SA (IMECSA), que hace poco más de un año se hizo con las instalaciones. En el pueblo, los vecinos no saben o no contestan acerca de la producción que se proyecta en esta hermosa finca contigua al mar. "Sí, hay personas trabajando en el interior que montan máquinas o se dedican a desembalar las que llegan. No sabemos mucho más", se explica un lugareño.

En principio, IMECSA sólo se proponía producir botellas de oxígeno y carrocerías para vehículos militares. Sin embargo, las nuevas noticias que llegan de Chile, donde se asienta gran parte del capital inversor y se halla el socio mayoritario, Carlos Cardoen, destacado fabricante de armamento, aseguran que en Pontejos se construirán espoletas para bombas de fragmentación y también se abordará la conversión de helicópteros civiles en militares.

Fue en el Consejo de Ministros de febrero último cuando se autorizó la entrada de capital extranjero en IMECSA, pero sin mencionarse las características de su producción; la cuantía tolerada ascendía a 60 millones de pesetas, equivalentes al 40% del capital social.

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