Felipe González expresa a Nakasone la preocupación del Gobierno por el desequilibrio comercial con Japón
JULIÁN MARTINEZ Felipe Gonzalez evocó ayer el ejemplo japonés para la cita española de 1992 -Exposición Universal de Sevilla y Juegos Olímpicos de Barcelona-, una fecha que se ha convertido en "punto de referencia simbólico para la modernización de España y su apertura al mundo". En un discurso en la cena que le ofreció al primer ministro japonés, Yasuhiro Nakasone, González mostró su preocupación por los desequilibrios en los intercambios comerciales entre los dos países y dijo que "con plena participación en la revolución tecnológica, España considera su cooperación con Japón como un elemento clave".
Al invitar a Japón a que participe en el 1992 español, Felipe González añadió que España, "una de las naciones más antiguas de Europa, es también un país joven y con grandes expectativas para el futuro".Los jefes de Gobierno de España y Japón reafirmaron ayer la importancia de ampliar el diálogo bilateral en el terreno "político, de seguridad y económico" y compartieron la opinión de que las relaciones económicas entre los dos países "deben continuar ampliándose". En lo que se refiere al desequilibrio comercial, desfavorable a España en unos 180.000 millones de pesetas, el pasado año, Felipe González y Yasuhiro Nakasone se mostraron de acuerdo en que la reducción del déficit español "debe alcanzarse a través de un aumento del volumen global de los intercambios".
Felipe González y Yasuhiro Nakasone, mantuvieron ayer dos entrevistas en las que analizaron el estado de las relaciones bilaterales y de la situación internacional. Nakasone, llegó a las 11 horas de ayer a Madrid para una visita de apenas ocho horas de programa oficial, y que será ampliada con carácter turístico hasta la tarde de mañana sábado.
Poco después de su llegada, Nakasone y González se reunieron durante una hora, en la que el primer ministro japonés explicó a González de los resultados de la cumbre de Venecia. Por la tarde, los dos jefes de Gobierno mantuvieron otra reunión de una hora, dedicada al análisis de las relaciones bilaterales, que se caracterizan por la absoluta normalidad en el plano político y por un crónico desequilibrio comercial, que el pasado año superó los 180.000 millones de pesetas. Además de sus dos entrevistas con Felipe González, el programa oficial de Nakasone incluyó ayer un almuerzo privado con los Reyes de España, en el palacio de la Zarzuela, al que también asistió González, una reunión con empresarios españoles en la sede de la Cámara de Comercio, y una cena ofrecida por el presidente del Gobierno en el palacio de la Moncloa.
El primer ministro japonés admitió ayer su especial satisfacción, por este viaje a España. "Desde mi juventud había soñado con visitar algún día este país, tan rico en su dilatada historia y tan fecundo en sus manifestaciones culturales"." Un país", añadió Nakasone "nada menos que la meca para un mediocre pintor aficionado como yo". En su discurso de respuesta al de Felipe González, el primer ministro japonés prometió el apoyo y la participación de su país a la cita de 1992 en Sevilla y Barcelona. "El pueblo japonés, descendiente de aquella Cipango, a donde se dice que el gran navegante intentó llegar, quisiera ofrecer toda su colaboración posible, con el propósito de que la gran gesta colombiana alcance el éxito que por su significado merece", dijo Nakasone.
En un discurso cargado de citas culturales y referencias a figuras de la música, las letras y la pintura española, Yasuhiro Nakasone añadió que "el pueblo japonés muestra un gran interés hacia la cultura española de ayer y de hoy, en mucho más alto grado que lo que la gran mayoría del pueblo español pueda imaginar". Felipe González había admitido previamente que el cultural es el único sector español que tiene superávit con Japón.
Fuentes oficiales españolas destacaron ayer el clima "amistoso" de "coincidencia política" hispano japonés en la mayoría de los temas internacionales tratados, especialmente el nuevo ambiente en las relaciones Este-Oste derivado de la oferta de desarme nuclear soviética. Nakasone y, González estudiaron también la tensión creada por varios conflictos regionales, especialmente el del golfo Pérsico. Japón es uno de los pocos países que mantiene importantes canales de diálogo con Irán e Irak y según observadores diplomáticas puede ser el mejor interlocutor de los países industrializados para mediar en el conflicto del golfo. Prueba de ello es la decisión tomada por los ministros de Exteriores de los siete grandes, reunidos en Venecia, enviando al jefe de la diplomacia japonesa, Tadashi Kuranari a Teherán.
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