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'Primaveras y otoños' es como una composición musical, según Porcel

En su novela Caballos hacia la noche, Baltasar Porcel había escogido una estructura narrativa equivalente en cierta forma a la ópera wagneriana. En Primaveras y otoños, su última novela, Porcel decide aproximarse a otra forma de composición musical a través de su prosa: la sinfonía. En ésta, las voces de los personajes son como instrumentos musicales dentro de una melodía evocadora.

Primaveras y otoños, premio San Jordi 1986, transcurre en un pequeño valle de Mallorca durante una Nochebuena, en la que se reúnen miembros de una familia, su familia. Perterecen a varias generaciones y sus voces se van alternando Como los instrumentos en una composición musical. "Esto", dice Porcel, "obedece a muchas cosas. Una de ellas es que al paso de los años tengo un proceso de comprensión mayor de naturalidad y de amor .lacia lo que podríamos llamar 'las maravillas del mundo"."En mis novelas anteriores ,yo había escrito sobre este mundo mallorquín de un modo trágico, porque yo, de niño, vivía allí, en mi pueblo, en un mundo eternizado", añade. "Había visto los grandes personajes del pueblo, sus historias de Cuba, reducidas a diez episodios que repetían siempre. Esa gente que yo admiré en ese paisaje eterno murió, porque ya eran mayores cuando yo era niño, y yo viví esto con gran sentimiento de tragedia. Pero ahora en ese mundo mío mediterráneo, en mi pueblo, en Mallorca, he sido yo el que ha reconstruido el mundo de mis antepasados".

Complejo, pero enriquecedor

Porcel escribe en catalán y traduce sus propias obras, aunque este proceso de trasvase afecta notablemente el texto final. "El escribir en dos lenguas es muy complejo, pero enriquecedor, porque te proporciona más instrumentos de trabajo. Cada idioma tiene una música y un espíritu creador determinados, pero, a la vez, cada idioma es un mundo de trampas, porque esta música te hace decir cosas que son tonterías o imprecisiones. Yo escribo el libro en catalán y luego yo no traduzco el libro, lo cojo y lo recreo en castellano. Con esto ocurren dos cosas: una, que el texto catalán cambia"."Después de hacer la versión castellana, cambio la cuarta parte de cada página en catalán porque me hace ver las trampas del texto primitivo al verlo al tamiz de otra lengua. A la vez me obliga en castellano a una búsqueda idiomática intensa, porque, al partir de algo que existe, hago un trabajo de depuración que influye sobre el texto primitivo. Tengo que construir un texto teóricamente mejor". "El inconveniente de todo esto es el trabajo, claro, pero el texto sale beneficiado. Creo que el mundo va hacia el bilingüismo, y que un escritor que en el futuro no sea capaz de supervisar la traducción de sus propios libros no podrá salir adelante".

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