Hacienda investigará con detalle las plusvalías de 1,2 billones de pesetas obtenidas el pasado año en la bolsa
Hacienda investigará con detalle las plusvalías obtenidas en bolsa por la venta de acciones en 1986, año del boom bursátil. Las cuatro bolsas españolas reflejaron en conjunto unas revalorizaciones de 1,2 millones de pesetas, que representan un ingreso fiscal que podría superar los 300.000 millones. El Centro de Proceso de Datos de la Administración tributaria ya ha comenzado a procesar los listados remitidos por las bolsas o por bancos y cajas de ahorro, principales intermediarios en las compras y ventas de títulos de renta variable.
La dificultad para Hacienda es el cruce de esos cientos de millones de operaciones con las rentas de las personas físicas o los beneficios de las sociedades afectadas. Según fuentes del ministerio, es sólo un problema de gestión -igual de simple, sobre el papel, que la comprobación de los ingresos por nómina-, ya que de cada transacción bursátil queda constancia visada por un agente de cambio y bolsa, que actúa como fedatario público. No es el caso de otros activos opacos como los pagarés del Tesoro.El año 1986 es el primer ejercicio del que "se dispondrá una información detallada sobre la compraventa de acciones y esos datos servirán para seleccionar contribuyentes que por las disparidades con sus declaraciones sean susceptibles de ser sometidos a una investigación más detallada".
Fuentes de la Bolsa de Madrid precisaron que esas plusvalías generadas en 1986 por la venta de títulos no tienen más significación estadística que la revalorización global media que puede desprenderse del precio de la cartera de valores a fecha 1 de enero de 1986 y su variación a finales de ese año.
El volumen de las transacciones -cambiante en cada una de las 250 sesiones del año- y los períodos de tranquilidad y de alza en la cotización de las acciones alteran la plusvalía real neta obtenida. A ello hay que añadir el desconocimiento del valor de origen de las acciones que fueron vendidas el pasado año y, sin embargo, adquiridas antes. A efectos fiscales, estas últimas plusvalías están acogidas a unos índices de actualización.
La plusvalía teórica de 1,2 billones de pesetas obtenida en 1986 es fruto de una revitalización espectacular de las transacciones de títulos de renta variable, que experimentaron un incremento del 258,4% con respecto a1985.
Beneficios e ingresos
En la Bolsa de Madrid, que representa el 76,91% del mercado nacional, se invirtieron 1,757 billones de pesetas, que corresponden a ventas de acciones por ese valor. El índice medio reflejó al final del ejercicio una revalorización del 108,31%, que significa -con las salvedades antes expuestas- beneficios de 913.642 millones de pesetas. Otros 186.890 millones provienen de las ventas realizadas en la Bolsa de Barcelona, donde el índice creció en 125,59 puntos para unas ventas de 335.699 millones de pesetas. Bilbao, con 110.832 millones de pesetas en títulos vendidos y una revalorización general del 151,10%, generó 66.693 millones de plusvalía. Y Valencia, con 81.141 millones de pesetas negociados y una subida en el índice general del 97,39%, proporcionó 40.034 millones.La plusvalía real es. sin embargo superior a esa cifra, ya que habría que añadir las rentabilidades que proporcionan dividendos y, en algunos casos, ampliaciones de capital. Por ejemplo, la rentabilidad real media de las acciones vendidas en la Bolsa de Madrid no fue del 108,31 %, sino que se elevó, según fuentes de esta entidad, al 116,6% En todo caso, el pago de dividendos está sometido a retención fiscal y proporciona otra fuente de rastreo.
Los ingresos fiscales por estas plusvalías son difíciles de establecer. Se calcula que las dos terceras partes de los títulos pertenecen a personas jurídicas, a las que se aplicaría la tarifa del 35% del impuesto sobre sociedades. Las plusvalías de personas físicas se adaptan al tipo que resulte por la renta de ese contribuyente. En total, un cálculo aproximado de una tarifa media del 30% da un ingreso para Hacienda de 360.000 millones de pesetas, que se verá mermado por minusvalías y gastos deducibles.
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