El juicio de Sofico se inicia el lunes, después de 13 años
., El juicio por el escándalo inmobiliario de Sofico, descubierto en 1974, se iniciará el próximo lunes con dos únicos procesados en el banquillo, Eugenio Peydró Salmerón y su hijo Eugenio Peydró Brillas, para los que el fiscal pide penas de 12 años de prisión por delito continuado de falsedad como medio para cometer estafa. El juicio que ya se había señalado para dos ocasiones anteriores fue suspendido debido al estado de salud de Eugenio Peydró Salmerón, octogenario que está aquejado de una gravísima enfermedad.
En la actualidad la salud de este procesado no ha mejorado, pero el tribunal, presidido por Juan Manuel Orbe, tiene la voluntad de celebrar el juicio por entender que ya se ha demorado demasiado. Sin embargo, no se descarta que el juicio tenga que suspenderse, una vez iniciado, debido al estado de salud del citado acusado, según informaron fuentes jurídicas competentes.
Limitaciones físicas
Las limitaciones de Peydró, que no puede caminar sin ayuda, tiene serias dificultades para hablar y le dan frecuentes mareos, han aconsejado al tribunal a disponer lo necesario para que pueda ser atendido en caso de una recaída. En este sentido, se ha solicitado la presencia de dos médicos forenses en la sala para una posible emergencia. Además Peydró necesita acudir al servicio continuamente y el tribunal tiene previsto acceder a la petición del procesado tantas veces como éste lo solicite.El juicio tiene una duración prevista de una semana, ya que han sido citados 175 testigos. Sin embargo, debido al tiempo transcurrido desde la iniciación del proceso, 13 años, varias de estas personas han fallecido, por lo que el tribunal espera que se simplifique este período de la vista.
Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, emitido en junio de 1984, Eugenio Peydró Salmerón, en colaboración con otras personas ya fallecidas que le ayudaron a constituir los consejos de administración, fundaron en 1962 y los años siguientes nueve empresas que formaron el denominado grupo Sofico.
Los únicos accionistas de estas sociedades eran Peydró Salmerón y su esposa María Teresa Brillas, excepto en Sofico-Renta, donde también era socio su hijo Eugenio Peydro Brillas. Peydró dirigía de modo personal las sociedades en su condición de director general y presidente de los consejos de administración. Su hijo actuaba como consejero delegado e intervenía en la dirección de acuerdo con su padre.
Las sociedades tenían como finalidad la compra, construcción, y arrendamiento de viviendas, edificios, apartamentos y locales comerciales, así como la compra, parcelación y urbanización de terrenos, especialmente en la Costa del Sol.
Al principio la venta de los apartamentos se realizaba después de construidos, pero posteriormente se cobraban cantidades a cuenta y como los fondos propios resultaban insuficientes para las necesidades de expansión de las empresas, captaron recursos económicos suscribiendo contratos de compraventa sobre supuestos apartamentos que en muchos casos resultaron ficticios.
En junio de 1974 se descubrió el escándalo que perjudicó a más de 3.000 pequeños ahorradores por un importe de superior a 3.000 millones de pesetas.
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