Leyenda viva

Agustín Castellón, Sabicas, es una leyenda viva. Fernando de Triana dejó escrito que la leyenda no es buena para los artistas flamencos. No sé si es el caso de este hombre, personalidad verdaderamente excepcional, que ha influido de manera terminante, y sigue influyendo, en las generaciones sucesivas de guitarristas.Sabicas hizo el concierto que cabía esperar de él y obtuvo con toda legitimidad un triunfo clamoroso en la primera sala musical del país. Su toque no es el de este tiempo, de acuerdo, pero tampoco sería justo decir que se ha quedado viejo. Y queda su prodigiosa técnica, su sensibilidad para pulsar las cuerdas como si no las tocara, logrando sonidos de una increíble delicadeza. Sabicas sigue siendo capaz hoy, pues, de ofrecernos alguna de la música flamenca más hermosa que se puede conseguir con una guitarra.

Junto a tan excelsas cualidades, sorprenden unas ciertas faltas de rigor. Por ejemplo, la imitación de los tambores en la saeta, de gran efecto aunque estén al alcance de cualquier aprendiz, o la contumacia en interpretar El sitio de Zaragoza, no sólo fuera de lugar puesto que nada tiene que ver con el flamenco, sino que además es mala música, objeciones sin importancia, si se quiere, en un concierto por lo demás magistral.