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El jefe de los GAL que escapó de Barcelona recibió un pasaporte falso para huir

La verdadera personalidad de Antonio Solero Guidet, un ciudadano español que desde el pasado mes de abril cumple condena en una prisión de Tailandia por tráfico de heroína, es presumiblemente la de Ismael Miquel Gutiérrez, confidente policial y responsable del comando de los GAL desarticulado en Barcelona en enero de 1986 y contra quien hay dictada una orden de búsqueda y captura. Miquel, que estaba informado permanentemente de las pesquisas policiales sobre el caso, salió de España con un pasaporte falso.

La presencia de Miquel en una prisión de Bangkok, bajo identidad supuesta, fue confirmada oficiosamente la semana pasada por un ex mando policial, que se negó por el momento a facilitar detalles o pruebas para no complicar la situación jurídica del confidente.El 2 de abril de 1986 la policía de Bangkok detuvo a dos españoles, Antonio Solero y Mariano Ramos, por supuesta implicación en el tráfico de 1.040 y 185 gramos de heroína, respectivamente. Desde aquella fecha Solero y Ramos permanecen encarcelados en Tailandia. En medios jurídicos se afirma que al primero le fue impuesta cadena perpetua. Algunos datos relativos a estas detenciones fueron publicadas (EL PAÍS, 5 de mayo de 1986) en un reportaje sobre la situación de los españoles en las cárceles de Tailandia.

El supuesto Antonio Solero había llegado a Tailandia dos meses antes del incidente. Trabó amistad con un piloto de una compañía de aviación comercial europea y éste le propuso trasladar a España un alijo de heroína. Aceptó la propuesta y acudió pocos días después a una cita concertada llevando un paquete con sal, en vez de droga, ya que recelaba de que en el fondo todo constituyese una celada dirigida a detenerle en Bangkok. No tuvo ningún problema. Pocos días más tarde, una vez cerrado definitivamente el pacto, acudió a la cita con heroína. Fue entonces cuando la policía tailandesa le detuvo.

Un año más tarde, y mientras cumple condena en aquel país, ha trascendido oficiosamente que su verdadero nombre es Ismael Miquel Gutiérrez, el presunto responsable de un comando de los GAL y que tiene sobre sí una orden de búsqueda y captura por supuesta implicación en el asesinato de un súbdito francés.

El comando que este confidente dirigía es el que en diciembre de 1985 supuestamente mató, en Biarritz, a Robert Caplanne, cuando abandonaba el bar de sus padres, confundiéndole con un exiliado vasco.

Según estas mismas versiones, Ismael Miquel Gutiérrez pudo negociar posteriormente en Madrid la detención de algunos miembros del comando a cambio de su propia impunidad. El confidente recibió entonces, al parecer, un pasaporte falso a nombre de Antonio Solero. Con este documento, viajó a Tailandia, país que conocía perfectamente por haber efectuado allí diversos servicios de colaboración con la policía española especializada en la lucha contra las drogas.

Ismael Miquel Gutiérrez había conseguido una destacada reputación como confidente policial en numerosas operaciones contra la droga. Pocos meses antes de la acción del comando de los GAL, un alto mando policial le había propuesto como persona idónea para organizar una operación antidroga a gran escala: desarticular una red que había fletado un barco con 2.000 kilos de heroína. La operación no se llevó a cabo por la reticencia de algunos altos funcionarios y su desconfianza hacia Miquel.

En medios jurídicos sorprendió el hecho de que Ismael Miquel Gutiérrez se viera implicado en la guerra sucia contra ETA, ya que se había mantenido siempre al margen de cualquier conflicto u operación de carácter político.

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