Alfonsín abre la asamblea del IPI con una defensa del pluralismo y la libertad

El Instituto Internacional de Prensa (IPI) se ha sumergido de golpe en un mundo muy mal conocido para la mayoría de los responsables de la Prensa internacional, como es el de América Latina. Ayer abrió su 30 asamblea con intervenciones sonadas del presidente argentino, Raúl Alfonsín, y del escritor mexicano Carlos Fuentes. Cuatrocientos participantes, que proceden de 43 países, asistieron a la inauguración de la primera asamblea general que el IPI, principal organismo internacional dedicado a la defensa de la libertad de prensa, celebra en América Latina a lo largo de sus 36 años de existencia.

Bajo las columnas neoclásicas del Consejo Deliberante (Ayuntamiento) de Buenos Aires, un Alfonsín firme y convincente recalcó la contribución de una información libre a la construcción de la paz, haciendo suyo de esta forma el preámbulo de la constitución del IPI, que así lo proclama.

Democracia conciliadora

"Ello es cierto no sólo en la esfera internacional, sino dentro de cada pueblo", agregó Alfonsín. El mandatario argentino insistió en el papel conciliador y pacificador -también en el ámbito internacional, citando los acuerdos con Brasil y Uruguay y su actitud ante el conflicto de las Malvinas- de la democracia que él preside.Para conseguir este objetivo subrayó que "no hay camino que no sea el reconocimiento de la pluralidad de nuestra sociedad". "Estamos pasando de una dinámica de autodestrucción a otra de reconstrucción social', añadió.

Alfonsín se dirigía a los responsables de los principales medios informativos mundiales pocas semanas después del intento de golpe de Estado, al cual se refirió para recalcar la novedad de las masivas manifestaciones populares durante la tensa Semana Santa, que "demostraron hasta qué punto llega el compromiso de los argentinos con las instituciones democráticas".

Brecha tecnológica

Sin olvidar su proverbial buen humor -utilizó un micrófono estropeado para ilustrar la "brecha tecnológica" entre Latinoamérica y el mundo industrializado, qué es, junto a la deuda, uno de sus latiguillos-, Alfonsín concluyó así sus palabras: "Los argentinos estamos avanzando, a veces demasiado lentamente, y creo que a través de ustedes el mundo tiene conciencia de todo ello".Carlos Fuentes, por su parte, retomó varios de los argumentos de Alfonsín al disertar sobre Prensa y cultura, recalcando que la continuidad cultural es lo que ha salvado a América Latina de zozobrar tras los muchos embates políticos y culturales que ha sufrido, sobre todo en los últimos tiempos.

Afirmó que en su riqueza y diversidad cultural está la posibilidad de que el continente logre insertarse en un mundo, el del siglo XXI, más multipolar que el actual. Reclamó para México y Argentina, por sus lazos respectivos con el Pacífico y con Europa, el liderazgo de esa próxima etapa.

Por parte del IPI intervino en la sesión inaugural su presidente, Juan Luis Cebrián, quien destacó la profundidad del esfuerzo democrático que han realizado Argentina y Uruguay, motivo por el que estos dos países han sido escogidos como sede de la presente asamblea.

"No sólo es importante", añadió, "manifestar a través de esta asamblea el respaldo de la Prensa del mundo libre para este proceso, sino también lo es el permitir a nuestros colegas europeos, norteamericanos, asiáticos y africanos conocer de primera mano la realidad latinoamericana de avance en las libertades".