El juicio de Barbie
Aun entre rejas, la sombra de Klaus Barbie es alargada. Desde el día de su captura se rumoreó que su justo castigo podía acarrear una catástrofe política: el prisionero sabe demasiadas cosas de demasiada gente. Su abogado es Jacques Verges, que recientemente defendió al terrorista árabe Georges Ibrahim Abdallah, sentenciado en Francia a cadena perpetua por complicidad en el asesinato de dos diplomáticos. Con la ayuda de Verges, Barbie es muy capaz de darle la vuelta a la tortilla y forzar un juicio de la Francia ocupada.Los franceses tienen mucho que temer todavía de las revelaciones o divagaciones de su prisionero especial. Desde que el documental de Marcel Ophuls, El dolor y la piedad, se reveló en Europa y en Estados Unidos, la gente ha dejado de creer en el mito de una Francia unida que se resiste a las fuerzas de ocupación. Por el contrario, la Francia de Pétain colaboró plenamente con la Alemania de Hitler y entregó sus judíos a los verdugos nazis: fueron deportados 76.000, y pocos regresaron. La milicia francesa compítió con la Gestapo en eficiencia. La policía francesa organizó las redadas.
¿Se obligará al país a recordar sus pecados? ¿O se dejará manipular por Barbie y Verges, que indudablemente tratarán de demostrar que ni siquiera se puede exculpar a la resistencia, que Jean Moulin, héroe de la resistencia que murió a manos de Barbie, fue traicionado por sus propios camaradas?
, 10 de mayo