El 80% de los pollos sufre una contaminación fuerte, aunque no hay riesgos en su consumo
El 80% de las muestras de pollo analizadas por el Ayuntamiento de Madrid correspondientes a las marcas comerciales que se venden en la capital tienen, a juicio de los técnicos municipales, una contaminación elevada, aunque ello no suponga ningún riesgo para la salud de los consumidores las causas hay que buscarlas, según el estudio realizado, en las condiciones antihigiénicas con que se comercializa, que no afectan a su consumo por ser un producto que se come cocinado. El Ayuntamiento prepara una campaña para mejorar las condiciones en que llega al detallista este producto perecedero.
"El problema con el que nos encontramos es que no existe una legislación que indique los valores mínimos y máximos de contaminación, lo que impide aplicar una determinada normativa", afirmó ayer Adolfo Pastor, responsable del área municipal de Abastos y Consumo. "A pesar de ello, opinamos que hay una contaminación elevada, aunque la situación no sea alarmante al no suponer peligro para la salud humana", dijo Pastor.Técnicos de este área muni cipal indicaron que la conside ración sobre el nivel de contaminación se ha establecido de acuerdo a unas pautas de orientación que dio en 1982 el Centro de Majadalionda, de pendiente del Instituto Nacional de Sanidad. Sin embargo, las misma fuentes reconocieron que las citadas normas eran muy rigí das y no eran oficiales. "Ade más, en estos cinco últimos años han cambiado los conceptos sobre determinados gérmenes.La situación, a pesar de ello, debe ser mejorada, pues si bien no hemos encontrado gér- menes patógenos como la salmonella o la shigella en ninguna de las muestras analizadas, sí se ha comprobado un tratamiento inadecuado de los pollos desde el matadero hasta el consumidor", dijeron las mismas fuentes.
Prácticas antihigiénicas
A juicio de Adolfo Pastor, la causa de la contaminación los pollos se debe a diversas prácticas antihigiénicas tales como el trato inadecuado en los mataderos, el posible transporte de las aves en vehículos que pueden alterar la cadena del frío, la utilización de envases en mal estado de limpieza y la colocación del género en algunos establecimientos comerciales fuera de las cámaras frigoríficas.Con objeto de terminar con esta situación, los responsables municipales han tenido diversas reuniones con todos aquellos sectores que están implicados en la matanza y comercialización del producto, que se han mostrado de acuerdo en la adopción de medidas tendentes a evitar la contaminación de estos alimentos.La campaña iniciada por el Ayuntamiento de Madrid tiene una doble vertiente. Por un lado se ha dado un plazo a los sectores para que subsanen las deficiencias; por otro, se van a repartir folletos en los que se recomienda al consumidor no comprar aves expuestas a temperatura ambiente, efectuar su compra a última hora, guardarlo en la nevera y cocinarlo lo antes posible.
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