_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Entre el miedo y la ésperanza

La jornada de duelo y luto que vivió ayer la población de Reinosa transcurrió en tensa calma. Se podría decir que la población se volcó en pleno en la manifestación de dolor y repulsa por la muerte del trabajador Gonzalo Ruiz, mientras que los dirigentes sindicales de Forjas y Aceros de Reinosa (Foarsa) -empresa en la que trabajaba el fallecido- y de Cenemesa tenían la obsesión de mantener la serenidad a toda costa.No se produjo ningún incidente y la calma que se palpaba ayer en la localidad descansaba, sobre todo, en la idea de la inhibición de las fuerzas de orden público durante los actos de duelo. Los ciudadanos de la población campurnana eran conscientes de que habían llegado refuerzos de la Guardia Civil al balneario de Corconte, próximo a la población, para apoyar a los allí ya destinados. Tenían miedo, porque las escenas de violencia que vivieron, hace tan solo unas semanas, aún las tienen muy presentes. Sin embargo mantenían la certeza de que no iba a ocurrir nada si no aparecía la Guardia civil.

Los compañeros de trabajo del fallecido, que portaban un brazalete negro en señal de duelo, no ocultaban su tensión al mostrarse hostiles con los medios de comunicación que intentaron filmar, dentro de la iglesia del Carmen, donde se celebró el funeral por Gonzalo Ruiz, las escenas de dolor de los familiares y amigos de la víctima.

Los dirigentes sindicales, al finalizar la manifestación, no ocultaban su preocupación por la desolación industrial, que, en su opinión, está viviendo la comarca.

Según el alcalde de Reinosa, el socialista Daniel Mediavilla, se atisba un hilo de esperanza porque los cauces de diálogo no están cerrados. Sin embargo, los dirigentes sindicales precisan que, si en Cenemesa existe una vía de diálogo entre el Ministerio de Industria, el de Trabajo y la dirección de la empresa, en los próximos cuatro meses, la situación en Foarsa se encuentra, en estos momentos, en punto muerto. Fernando Fuentes, presidente del comité de empresa de Forjas, manifestó a este periódico que si en las próximas semanas no se inicia un cauce de diálogo, Forjas puede ser un polvorín.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_