Los italianos liberados por la Audiencia Nacional califican su detención de "error policial"
Laura Trevisan, María del Carmen González Luengo y Silvano Nardulli, tres de las personas detenidas por la policía en Barcelona acusadas de pertenecer a las Brigadas Rojas italianas, negaron ayer su vinculación con el grupo terrorista en sus primeras declaraciones tras ser puestos en libertad sin cargos el pasado jueves por la Audiencia Nacional. Los tres se declararon "derrotados anímicamente" calificaron su detención de "error de la policía", criticaron la "fantasía" de algunas informaciones periodísticas y coincidieron en que los días que han vivido desde su detención han sido "espeluznantes y trágicos". Nardulli, el más afectado de los tres, comentó que tiene "la mente muerta" y que no olvidará nunca "a la policía apuntándome a la cabeza con una pistola".
Los tres se encontraban ayer en un piso de alquiler que María del Carmen González ocupa en la Gran Vía de Barcelona. Ahora están pendientes de la suerte de las otras seis personas detenidas en Barcelona por supuesta vinculación con las Brigadas Rojas: Frabrizio Burtet, Clara Placenti, Mariano Felipe Romeu -sobre quienes la Audiencia Nacional ha dictado orden de prisión incondicional-; María Teresa Ninni Incasan, que sigue detenida en Ibiza; y Ricardo D'Este y Giussepe Pallini, que permanecen en prisión pendientes de una resolución sobre la probable petición de extradición por parte de las autoridades italianas, pese a que la Audiencia Nacional ha dictado su libertad sin cargos.en relación con las acusaciones formuladas por la policía barcelonesa.Laura Trevisan, de 28 años, unida sentimentalmente a Ricardo d'Este, es optimista sobre la resolución de la justicia española respecto a la petición de extradición de su compañero. "Ricardo y yo vivimos juntos desde hace tiempo", afirmó, "y ya tuvimos que huir de París cuando el Gobierno conservador de Jacques Chirac dejó de garantizarnos la libertad". "Allí", añadió, "pese a que la policía francesa nos tenía localizados, nunca nos molestaron ni intentaron detener a Ricardo para extradirlo a Italia". Laura Trevisan confirmó que ella y su compañero llevan ocho me seá viviendo en España y cree que "las autoridades de este país no pueden legalmente extradir a Ricardio". D'Este está reclamado por Italia tras su huída de la cár cel en junio de 1985 aprovechan do un permiso carcelario. Cumplía una condena de nueve años por un atraco.
Laura Trevisan es la que se muestra más tranquila de los tres recién excarcelados. El día 26 de abril fue detenida en un piso de la calle de Riudarenes de Barcelona junto a Ricardo d'Estel considerado por la policía como uno de los padres delterrorismo italiano. No oculta su proximidad con grupos anarquistas y libertarios italianos, pero afirma que no está vinculada con ningún atentado. "La relación entre todas las personas detenidas tanto en Barcelona como en Italia era superficial; yo, personalmente, no conozco a algunos de los detenidos aquellos días", declaró Laura Trevisan, natural de Turín, para quien 'es estúpido pensar que Ricardo puede ser un brigadista, porque Ricardo es un libertario y los, libertarios siempre han estado en contra de las estructuras organizadas y directamente opuestos a. las Brigadas Rojas". Según Trevisan, lo único que la policía pudo encontrar en poder de D'Este eran "las cartas de amor que me ha habla dedicado".
María del Carmen González, de 31 años, relató sin nerviosismo lo que ocurrió aquella manaña del sábado 25 de abril, cuando "aquí, en este mismo piso, nos detuvieron a Giussepe y a mí". "La policía llegó con un permiso de registro, detuvieron a Giussepe, registraron la casa y tuvimos que encerrar a Puppi, el doberman de mi compañero, porque se puso muy nervioso y la policía le cogió miedo", comentó.
"Vivo desde hace un año con Gitissepe e íbamos tirando con el dinero que él tenía y el que yo había ganado en Madrid haciendo portes con una furgoneta; no sé de dónde han podido sacar que teníamos una cuenta con cinco millones de pesetas", concluyó.
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