Cine negro portugués

La playa de los perros es una película inteligente y ambiciosa, pero que sólo a medias alcanza a ser lo que busca ser. Cuenta una buena, en realidad una buenísima historia, procedente de una novela a todas luces muy sólidamente elaborada., La procedencia literaria de esta historia se percibe en todo el filme, pero no llega a impregnarlo de literaturismo. Es esta una de sus mejores virtudes. El excelente guión tiene mucho que ver en ello.Es La playa de los perros un thriller o, en terminología más próxima, un relato negro en el que se entrelazan tres soportes argumentales que no son fáciles de conjugar y de convertir en uno solo: un soporte político, al menos en el trasfondo; otro soporte policiaco, y, finalmente, un asunto pasional. Los dos últimos son finalmente los dominantes en La playa de los perros y por ahí es donde éste filme cojea, pues si la película funciona por el lado de la aventura y la intriga -gracias sobre todo a la muy buena creación que de su personaje hacer el actor portugués Raúl Solnado y logra mantener en cuanto trama policiaca la atención del espectador, en cambio por el lado amoroso resulta bastante menos convincente.

Cortocircuito

Esto se produce en la playa de los perros pese a la buena interpretación de la actriz española Assumpta Serna, que le valió a la actriz el premio de interpretación en el reciente Imagfic madrileño, y a causa de que su otro en la parte pasional del relato, el actor Patrick Bauchau, tiene en esta ocasión mucha menos carga eléctrica que ella. Debido a este desequilibrio y a la no buena conjugación de dos personajes básicos, de cuyo choque recíproco no salen chispas más que por un sólo lado, La playa de los perros pierde magnetismo y discurre un poco cansinamente, sin suficientes vuelcos, sin la densidad que otorga la superposición de niveles de contemplación complementarios. No hay complementariedad entre Solnado, Assumpta Serna y Buchau, que está neutralizado por una de esas interpretaciones nevera que apagan cualquier fuego en cualquier pantalla.La película, sin emocionar, sin conmover -cosa grave, dadas sus características argumentales-, discurre con exactitud -al buen orden del guión se une el buen oficio del director- y se sigue por el gancho de la trama y el buen trabajo de Serna y Solnado.