_
_
_
_
Tribuna:FERIA DE SEVILLA
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El cenit y el ocaso

Cuando el presidente ordenó la salida del tercer toro, Juan Antonio Ruiz Espartaco abandonó el burladero y, con paso firme, inició el camino de la puerta de toriles, mientras parte del público le gritaba: ¡no!, ¡no!, recordando que tres días antes, Pepe Luis Vargas pasó de esa puerta a la de la enfermería.Evidentemente, el diestro de Espartinas no hizo caso a tan emocionado requerimiento. Quería demostrar que no es cierto todo lo que se ha dicho de que sólo los modestos se juegan la vida, mientras las figuras se alivian una tarde y otra. El diestro no consiguió vaciar debidamente al toro, y éste le infirió un puntazo en la cabeza, muy cerca del ojo izquierdo.

Sangre escandalosa

Más información
Curro no es Beethoven

El escándalo de la sangre embadurnó la cara del diestro, y tras levantarse, acudió raudo a enjaretarle un farol de rodillas.

En el sexto, tras regresar de la enfermería, estuvo valentísimo. Es preciso recordar que Espartaco tiene firmadas varias decenas de corridas de toros, y que en la feria sevillana aún tiene pendientes de matar ocho toros, entre ellos seis de Don Eduardo Miura. Está el torero en su cénit. Nada tiene que mendigar. La otra cara del momento presente de la fiesta la representa Curro Romero. Resulta difícil desde Sevilla hablar de Curro sin pasión. Lleva más de treinta años de profesión y ha sido por muchos años el ídolo de Sevilla.

Dos veces se ha encerrado con seis toros, ha toreado en la Maestranza más de un centenar de corridas, ha salido varias veces a hombros por la Puerta del Príncipe, y ha recibido muchas más broncas que ovaciones. Pero, la última vez que en Sevilla ha toreado, como le gusta a los sevillanos, fue en el mes de abril de 1984.

Desde entonces ha matado en Sevilla unas dos docenas de toros, y en todos ellos el resultado ha sido adverso. Siempre ha habido toreros desiguales, pero Curro ya no es desigual.

Contraestilo

Con regularidad matemática, sale a bronca por toro. Cuando a Rafael El Gallo le preguntaron acerca de qué toros había toreado peor, contestó: "Los que tenían. mi contraestilo". Para Curro, toda la cabaña de lidia, desde hace cuatro años, tiene su contraestilo. Curro ya no es, casi, ni el ocaso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_