Draper considera que urge la búsqueda de soluciones para el Tercer Mundo
William Draper III, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PN UD), visitó Madrid esta semana y se entrevistó con Luis Yañez, secretario de Estado de Cooperación Internacional. La visita de Draper, ex presidente de la banca de exportación-importación de EE UU, se enmarca en una gira que realiza por Europa para analizar con los responsables de cooperación planes de desarrollo de los países subdesarrollados.
Pregunta. Usted encabeza la red de asistencia a los países en desarrollo más grande del mundo. Desde ese observatorio privilegiado, ¿qué cuadro destaca?Respuesta. Sería injusto no reconocer los enormes progresos cumplidos durante los últimos 40 años. Sin embargo, los problemas que quedan por resolver son tan importantes que debe acelerarse la búsqueda de nuevas soluciones mundiales.
Acabo de regresar de América Latina. Mientras el producto nacional bruto (PNB) de seis países aumentó un 5%, el de otros cuatro disminuyó, y en 11 países el crecimiento de la población superó al de la actividad económica. El balance del flujo de capitales u otros recursos del continente ha resultado negativo por quinta vez, con un saldo de 23.000 millones de dólares.
En África la población crece un 3% al año, mientras que su producción alimentaria en un 1 %. El consumo promedio de alimentos por persona queda por debajo del nivel alcanzado 20 años atrás.
P. Usted es pesimista...
R. No, pues cada día nos trae nuevos hechos que nos recuerdan que las economías y los destinos de todos los países del mundo están interrelacionados. Por tanto, los acontecimientos sólo pueden mover a actuar con audacia para fortalecer esa relación vital.
P. ¿Cuál es el papel de su organización?
R. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es liberar, enriquecer y administrar los recursos humanos como fuerza motriz en el progreso económico y social. Mientras organismos como el Banco Mundial ofrecen préstamos, el PNUD otorga donaciones a cada uno de los países en desarrollo según una fórmula que favorece a los más pobres.
P. ¿Qué relación tiene con los varios organismos de la ONU?
R. El PNUD es el mecanismo central de financiación y coordinación de la cooperación técnica de todo el sistema de Naciones Unidas para el desarrollo. En cada país presta asistencia al Gobierno en virtualmente todas las esferas económicas y sociales, desde la producción de semillas hasta la comunicación vía satélite. Desempeña el papel de un arquitecto, preparando planes de desarrollo y controlando su ejecución por las agencias especializadas como la FAO, la Unesco, la OMS, etcétera. En toda esa tarea nuestro que hacer especial es ayudar a los países a mejorar la capacidad humana con la que sea posible aprovechar el capital y los recursos naturales. Por tanto, me parece esencial promover el papel de la mujer e incorporar su energía -que representa la mitad de la creatividad y la productividad de nuestro mundo más plenamente en la corriente de desarrollo.
P. ¿Ha introducido más innovaciones durante este año?
R. Sí. Las otras dos grandes prioridades de mi administración son el uso apropiado del sector privado así como de la energía y la competencia de los organismos de voluntariado, es decir, las Organizaciones No Gubernamentales (ONGS).
P. ¿No teme crear polémicas el papel sobresaliente al sector privado?
R. No, pues se trata de desatar el dinamismo de la empresa privada como estímulo al crecimiento. No queremos imponer nada ni cambiar las opciones políticas de los países a los que ayudamos. Los conocimientos especializados, la pericia y la experiencia del sector privado deben intervenir de manera más acabada en las operaciones del PNUD, siempre que sea apropiado y corresponda a los deseos del país.
P. ¿Qué impacto pueden tener esos programas?
R. Dos ejemplos solamente. En el Caribe hemos financiado estudios de preinversión que acabaron en una inversión total de 28 millones de dólares y la creación de 1.000 empleos. En todo el continente latinoamericano nuestra asistencia técnica ha generado compromisos de inversión entre 1.000 y 2.000 millones de dólares cada año en los últimos ocho años.
Una ayuda insuficiente
P. No pueden los países del Tercer Mundo solucionar sus problemas con el flujo actual de ayuda?R. No. Hace dos meses tuve que expresar mí preocupación por la escasa ayuda de la comunidad internacional a aquellos países de África que en los últimos dos años tomaron medidas drásticas para reorganizar su economía. Y no hablo del peso de la deuda latinoamericana.
P. ¿Y para el PNUD?
R. Podemos contar este año con más de 850 millones de dólares (uos 108.000 millones de pesetas). Con los fondos especializados que tenemos, manejamos alrededor de 1.000 millones. Sin embargo, considerando la inflación y la explosión demográfica, nuestro servicio per cápita es inferior al que ofrecíamos hace 17 años. Gestionamos actualmente más de 5.000 proyectos en 152 países que cuestan unos 7.500 millones de dólares. Por cada dólar que invertimos encontramos un dólar y medio de contribuciones externas. Es un programa eficaz.
P. ¿Con cuánto contribuye España?
R. España cooperó con 600 millones de pesetas en 1987, o sea, 4,5 millones de dólares.
P. ¿Podría indicarnos algunas cifras de otros países europeos?
R. A ver... Bélgica contribuye con 15,5 millones de dólares; Finlandia, con 24 millones; Italia, con 50,7 millones, y Holanda contribuye con 66,5 millones.
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