"No hay Evangelio sin liberación"
Los dominicos estudian en Sevilla el papel histórico de la orden en América
El Congreso Internacional sobre los Dominicos y el Nuevo Mando, que durante esta semana se celebra en Sevilla, trata, según sus organizadores, de "hacer ciencia histórica desde el rigor científico, prescindiendo de aproximaciones sentimentales o retóricas". Esta aportación científica se hace sobre la premisa de la tradición dominica: "Nunca el Evangelio al margen de la liberación integral de sus destinatarios".
El congreso da cumplimiento a la decisión de varios capítulos generales de los dominicos de revisar, investigar y difundir, ante la conmemoración de 1992, "la presencia del Evangelio y su acción liberadora y cultural en América". De aquí a 1992 se celebrarán otros cinco congresos anuales. Las actas se publicarán en enero próximo, con la ayuda de la Junta de Andalucía.Antonio Pozanco, vicepresidente de la Fundación Instituto Bartolomé de las Casas, entidad que él mismo define como "otro medio de ayudar a Iberoamérica, en el que los seglares juegan un papel importante", asegura que se trata de glosar el papel de la liberación en América desde la llegada de los españoles. "Se entiende por liberación", dice, "el esfuerzo de promover culturalmente a las personas, de hacer que éstas fueran protagonistas de su propio destino, libres en el ejercicio de su dignidad y de los derechos fundamentales". En segundo término, el congreso sirve, según Pozanco, para "actualizar los valores y las apuestas fundamentales hechas por los dominicos en su servicio a Iberoamérica".
En la actualidad, unos 2.000 dominicos se reparten por Latinoamérica. En Andalucía existen ocho casas, habitadas por unos 300 padres de la orden, fundada por el castellano Domingo de Guzmán, en el siglo XIII, con la pacífica idea de "liberar al hombre por medio de la Palabra".
Constante trasiego
Un total de 1.600 fueron los dominicos que partieron para las Indias en el XVI, provocando un "trasiego constante", consistente en detectar la explotación del indio en América y volver a la patria para difundirla ante la corte y los magistrados y desde las cátedras de Prima (o de Teología) de las universidades. Este trasiego le valió a Bartolomé de las Casas promover una nueva legislación en favor del indio, y a Francisco de Vitoria, elaborar los presupuestos del derecho de gentes e internacional.Mas la mayoría de los expertos admiten -tal y como hace dos años hicieron profesores invitados por la universidad Internacional Menéndez Pelayo para tratar el tema en los cursos anuales que esta institución imparte en Sevilla- que la Leyenda Negra no es más oscura que en otros procesos de conquista u ocupación. Dio oportunidad a los cronistas, señalan, de narrarlo tal y como se desarrollaba.
El trasiego continúa hoy, según Pozanco. "Si de 20 años hasta ahora se hiciera el elenco de mártires de los dominicos en América, sería algo abrumador. No se hace, entre otras cosas, para salvaguardar a los que todavía están allí. Nunca ha sido nuestra intención difundir este martirologio". Así de caro se lo fían en el Cono Sur a quienes, con o sin hábito, aprovechan cualquier foro para demandar como precisa una vía progresista para estos países, tal y como el padre Damián Byrne, general de la orden dominica, hará en Sevilla cuando mañana clausure el congreso.
El rigor científico del congreso se considera a salvo por la labor de su director técnico, Paulino Castañeda, catedrático de Historia de América de la universidad de Sevilla. Las aportaciones que se deriven de las distintas ponencias, que comenzaron a exponerse el martes y acaban mañana, versan sobre la orden en la época del Descubrimiento, cómo se desenvolvía y cómo, rápidamente, se sensibilizó a propósito de las Indias. Se analiza también la misión de la orden en suelo americano, la defensa de los derechos y la promoción cultural: las primeras universidades americanas fueron fundadas por ellos.
Babelia
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