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El Gobierno aumentó la fiscalidad sobre los carburantes en un 64% durante 1986

El Ministerio de Economía y Hacienda ingresó 744.777 millones de pesetas en concepto de todos los impuestos derivados de la venta de productos petrolíferos, cifra considerablemente superior a la de un año anterior (477.796 millones), según datos facilitados por la Delegación del Gobierno en Campsa. Mientras que los impuestos especiales disminuyeron en relación al año anterior, los ingresos por renta de petróleos y la introducción del impuesto del valor añadido (IVA) hicieron que la fiscalidad del petróleo aumentase en su conjunto un 64% en el último ejercicio.

La caída de los precios del crudo importado y el decalaje aplicado por el Gobierno en la transferencia al consumidor de este descenso, ha sido la causa principal de que el Tesoro público se quedara con "la parte del león" de los ahorros derivados de la baja del petróleo. Si bien el consumidor disfrutó de dos disminuciones en el precio de las gasolinas y otros derivados del petróleo, fue el fisco quien se benefició fundamentalmente de la nueva situación.Sus ingresos globales, incluyendo el nuevo impuesto del IVA, pasaron de 477.796 millones en 1985 a 744.777 millones en 1986. Razones de política económica, tales como la necesidad de reducir el déficit público, fueron esgrimidas por el Gobierno para justificar este aumento inusual de la fiscalidad, no contemplado en los Presupuestos Generales del Estado correspondientes al citado ejercicio.

En su Boletín Estadístico del Petróleo, número 10, la Delegación del Gobierno en Campsa no facilita datos comparativos sobre los niveles de ingresos fiscales en relación al pasado año más que los denominados "impuestos especiales". Este concepto es, junto al de renta de petróleos, el que establece anualmente el Parlamento dentro de los Presupuestos Generales del Estado. Para 1986, la fiscalidad prevista era de 553.000 millones de pesetas. Los. datos finales presentan una desviación al alza de casi el 50%, sin incluir el IVA.

Bajo este planteamiento, la desviación se produjo, fundamentalmente, en el capítulo denominado renta de petróleo, concepto que al actual delegado del Gobierno en Campsa, Ceferino Argüello, le gusta incluír conjuntamente con el resto de impuestos o fiscalidad. En renta de petróleo, los ingresos del Estado fueron de 333.700 millones de pesetas, cifra que es casi cuatro veces superior a la del año anterior. Por el nuevo concepto de IVA, los ingresos fueron de 82.000 millones de pesetas, incluyendo la facturación fiscal aportada por Campsa.

Comercio exterior

La baja del petróleo también tuvo beneficios en otros capítulos económicos, fundamentalmente en el comercio exterior. En los 10 primeros meses del año, el déficit de la balanza energética se había reducido en un 47,6% en relación al mismo período del año anterior. Este saldo negativo, compensado vía exportaciones de productos petrolíferos en régimen de maquila o directas de las refinerías, era equivalente a la importación de petróleo crudo. Con todo, el coste de la importación de crudo en ese período había pasado de suponer 1.163.110 millones de pesetas en 1985 a 609.086 millones, casi un 100%, menos.Es significativo, dentro de este análisis, contemplar la evolución de los consumos energéticos. Puede deducirse que, salvo gasolinas y gasóleos de automoción, cuya demanda sigue aumentando, la participación del petróleo en la energía primaria sigue cayendo o se estabiliza. Las refinerías españolas consiguen salvar este declive de la demanda gracias al fuerte aumento de sus exportaciones o a las operaciones de maquilas. El saldo entre importaciones (cupos de la CE y otros) y exportaciones es favorable a estas últimas en los diez primeros meses del año, con una cifra de 99.235 millones de pesetas.

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