Información sesgada sobre la Facultad de Derecho
El suplemento de Educación del pasado 7 de abril publicó un amplio reportaje reflejado en tres páginas, escrito por César Díaz, sobre la facultad de Derecho de la Complutense, "masificada y conservadora", donde se acuñan, según el colaborador de EL PAÍS, "los males de la Universidad española". El tratamiento del tema ha motivado distintas reacciones; hasta el defensor de los lectores han llegado aquellas que no están de acuerdo con parte de la información.El malestar de los representantes de tres asociaciones universitarias mencionadas en uno de los apartados del informe titulado La trama ultra es evidente. El periodista dedica varios folios de su reportaje a denunciar actitudes beligerantes de distintas agrupaciones donde se encuadran los estudiantes, y basa sus datos en conversaciones mantenidas con algunos miembros de la Unión de Estudiantes Progresistas (UEP), sin citar sus nombres, y así analiza quién es quién en la Facultad. Menciona a "grupos de extrema derecha ( ... ), la Asociación Tornasol -vinculada a las Juventudes Españolas-, Rerum Universitatis -ligada a Falange-, Disenso, Bases Autónomas y otros grupos de tendencia pronazi" y da por buenas las acusaciones de UEP contra los integrantes de Bases Autónomas por los actos de violencia protagonizados por estudiantes durante los últimos meses.
Base de las quejas
Las asociaciones Rerum Un¡versitatis y Tornasol rechazan su inclusión en el artículo La trama ultra. La presidenta de Rerum Universitatis, María José de Artaza y Torres, señala: "Nuestra asociación, como su nombre indica, es una asociación cultural y profesional de estudiantes cuyos fines son única y exclusivamente la defensa de los derechos de todos los alumnos, así como la mejora de la Universidad y la defensa de su autonomía, consagrada en el artículo 27 de nuestra Constitución. La política la dejamos para otros grupos". Por su parte, la Asociación Cultural Tornasol nos explica: "Esta asociación repudia todo tipo de violencia, venga de donde venga. Y si algún grupo universitario está en condiciones de denunciar personas o actos violentos, que lo haga, pero aportando pruebas concretas, y no manchando y desprestigiando asociaciones por el mero hecho de su ideología. EL PAÍS ha hecho suyas las declaraciones de la UEP, dándolas como ciertas y concediendo a dicho grupo un gran espacio para el desprecio y desprestigio de toda asociación no acorde con sus -digamos- democráticas ideas".
También la Asociación Cultural Universitaria Disenso, en una amplia carta firmada por Carlos Rodríguez Ruiz, rectifica a César Díaz y afirma: "Disenso no es la tapadera de ningún grupo ultra violento. Los fines de nuestra asociación no son otros que los especificados en el artículo 5º de nuestros estatutos: 'Promover la participación estudiantil directa en temas de interés universitario, fomentando el espíritu crítico de los jóvenes'. Nuestra organización en ningún modo ha sido protagonista de los sucesos violentos que se produjeron en las últimas manifestaciones ni de los asaltos realizados al local de la UEP ( ... ). Todo el contenido del artículo, en lo que hace referencia a la asociación Disenso, es tendencioso, falso e induce a confusión...".
Las partes en litigio
El informador no cumplió en esta parte del reportaje con la elemental norma de: "En los casos conflictivos hay que escuchar o acudir siempre a las dos partes en litigio". El propio César Díaz reconoce que "el reportaje hace referencia a la denuncia efectuada por la Unión de Estudiantes Progresistas (UEP)" y que no habló, como era su obligación, con las asociaciones culturales reflejadas en su informe y que ahora protestan: "No pude hablar con ellos, y la premura de tiempo me impidió volver a intentarlo ( ... ). Precisamente la falta de tiempo para investigar más profundamente el tema me indujo a .eliminar parte de sus denuncias".
Sobre el tercer grupo, más ampliamente señalado en su artículo, César Díaz nos señala: "En cuanto a los datos que hacen referencia a la posible vinculación entre miembros de Disenso y Bases Autónomas y su participación en actos violentos, miembros de la UEP aseguraron que pueden identificar a miembros de Disenso con personas que en otras ocasiones actuaron con los emblemas de Bases Autónomas y que realizaron actos violentos durante las manifestaciones de estudiantes de los meses pasados, así como en diversos actos en la facultad. Yo no tuve oportunidad de contrastarlo con miembros de Disenso antes de la hora de cerrar la información. Creo que por ello una redacción no apropiada por mi parte puede hacer creer que lo que son denuncias sean hechos probados".
Según se desprende de las notas que nos ha enviado César Díaz, la precipitación en publicar el informe fue la causa de que no estuviera terminado, en cuyo caso hubiera sido preferible haberlo retrasado hasta conocer las opiniones y defensas de todos los representantes de los grupos citados.
Toda mi Facultad
Junto a las protestas de las asociaciones de estudiantes también nos ha llegado la de un profesor y periodista, Emilio de la Cruz Aguilar, que imparte Historia del Derecho y es autor de un extenso artículo titulado Toda mi Facultad, que debemos resumir. De la Cruz Aguilar niega validez a la casi totalidad del informe de César Díaz y le reconviene: "A veces se produce la maravilla de que un superdotado, en una breve visita, con cuatro o cinco conversaciones, se entere mejor que quienes llevamos aquí decenios y estamos dedicados por entero a la facultad. Mi vida en la Facultad de Derecho tendrá a partir de ahora dos épocas: antes y después de César Díaz". Analiza el problema de la politización de la facultad a través de los carteles y pintadas, para resumir: "La imagen dada por el reportaje no hemos podido palparla los que estamos aquí todo el día y todos los días".
No obstante, reconoce que en el texto de César Díaz no todo es reprobable: "Contiene un dato útil, que modaliza, invalida o anula todos los demás: en la Facultad de Derecho faltan 220 profesores. Después de ese dato todo lo demás es ganas de marear la perdiz (frase coloquial del profesor García-Badell). Y faltan aulas, de modo que, aunque se quisiera, no se podrían dar prácticas. En vista de esa falta fundamental se decide echar a los PNN, muchos de los cuales están dando clases, y anticipar la edad de jubilación prescindiendo de personas valiosas y en condiciones de seguir algunos años. Todo muy congruente ( ... ). El problema de la Universidad es algo tan pedestre como la falta de medios, que esterilizará cualquier plan, pero los Gobiernos, unos tras otros, caen en la utopía de querer cambiar la realidad mudando la nomenclatura ( ... ). El desconocimiento de la Universidad real desde la higuera de Oxford es dramático".
César Díaz decidió no hacer ningún comentario a estas opiniones del profesor de Historia del Derecho.
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