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Tribuna:LA CONFLICTIVIDAD EN EL FERROCARRIL
Tribuna
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Renfe: un convenio en vía muerta

Ante los ojos de la opinión pública, los convenios colectivos de la compañía de ferrocarril, Renfe, se han caracterizado por ser una punta de lanza de la negociación de los convenios colectivos, especialmente cuando no han existido acuerdos a niveles confederales. También han sido punta de lanza por su conflictividad.

En el primero de los casos podemos estar de acuerdo, pero no así en el Segundo, ya que, si hacemos un somero análisis de las huelgas realizadas en Renfe en los últimos 10 años -período 1976 a 1986-, no han pasado de dos al año, exceptuando los últimos tres años, cuestión lógica si tenemos en cuenta los continuos y graves ataques que la Adamistración ha realizado contra él ferrocarril y sus trabajadores.Este año la negociación colectiva en Renfe se ha presentado conflictiva, pues además de no aceptar ninguna de las reivindicaciones de los trabajadores, la empresa, con sus planteamientos, pretende continuar con la reconversión encubierta, comenzada hace cuatro años, a través de la aplicación del famoso contrato programa (convenio entre Renfe y Gobierno).

La plataforma reivindicativa presentada a primeros de año a Renfe por el comité general de empresa, apoyada por CC OO y UGT, pretende mantener y recuperar parte del poder adquisitivo perdido en los últimos años (se reivindica entre el 77. y el 8% de subida salarial), aumentar la plantilla de personal para cubrir las miles de vacantes existentes (se considera necesario que se contraten en torno a 5.000 trabajadores), que se reduzca la jornada laboral de 40 a 38 horas en 1987, así como que se solucione otra serie de cuestiones que los trabajadores ferroviarios vienen arrastrando desde hace años.

Renfe, en lugar de negociar un convenio colectivo, pretende continuar con la reconversión encubierta -ahora la llaman"ajuste permanente"-. Hay que recordar al efecto que, a pesar de la oposición de CC 00, la aplicación del nefasto contrato programa ha destruido 11.000 puestos de trabajo en sólo cuatro años (pasando de 74.000 trabajadores en 1982 a los 63.000 actuales), cerrando al tráfico 2.000 kilómetros de líneas férreas, dejando sin ferrocarril las regiones más deprimidas de España y reduciendo los salarios de los trabajadores en los citados cuatro años en seis puntos con respecto al índice de precios al consumo.

Un fracaso

Esta reconversión se hizo en nombre del contrato programa para "mejorar el ferrocarril y así conseguir una mayor competitividad y calidad del servicio", así como para "controlar el déficit" y conseguir "como objetivo básico un crecimiento del tráfico de un 15% en viajeros y un 14,7%. en mercancías".En cuanto a los objetivos "aumentar el tráfico y controlar el déficit", han sido un fracaso. No sólo no ha crecido el tráfico, sino que incluso ha bajado, perdiéndose más de un millón y medio de viajeros en sólo un año. También ha caído el tráfico de mercancías. En cuanto a los costes, los únicos que se han controlado han sido los de personal, como se puede comprobar a través de las cuentas de resultados de los últimos años.

Este fracaso ha sido propiciado por las nefastas directrices del Gobierno y por la negativa gestión de la alta dirección de la compañía, que sólo se ha preocupado de lavar la cara a Renfe a través de cuantiosos gastos en publicidad, así como de designar para puestos de alta responsabilidad a personas de dudosa competencia profesional, a la vez que se arrincona a profesionales de reconocido prestigio por no ser del agrado de los que hoy por hoy deciden en la empresa.

Ahora, después de este grave fracaso de la gestión de Renfe, con sus propuestas en la negociación colectiva de 1987 -convenio por tres años, aumento salarial en torno al 5%, movilidad geográfica y funcional, reducción de derechos sociales y económicos conseguidos en anteriores convenios, etcétera-, la empresa pretende continuar cargando su incapacidad de gestión en las espaldas, de los trabajadores, lo que a su vez repercutirá negativamente en el usuario del transporte ferroviario.

La gestión

Nuestra opinión es que para que el ferrocarril se convierta en un transporte más eficaz, mejorando y atendiendo como se merece al cliente del mismo, es necesario que se tengan en cuenta los planteamientos que reivindicamos, pues los ferroviarios somos los más interesados en que el ferrocarril se potencie y funcione, ya que de él dependen nuestra subsistencia.Hablar de una segunda reconversión en Renfe es desconocer la situación real del ferrocarril. Nuestra opinión es que, además de la necesaria inversión que este transporte necesita, es imprescindible que se mejore la gestión interna de la red para que los trabajadores recuperen la confianza en su trabajo profesional, lamentablemente perdida en la actualidad por los constantes incumplimientos a que la dirección los tiene acostumbrados.

Además de la necesidad de que la dirección de la compañía cambie su actual postura a la hora de tratar de resolver los problemas de los trabajádores de Renfe, es imprescindible que el Gobierno invierta en este modo de transporte, pues el ferrocarril debe ocupar en nuestro país el importante papel que ya ocupa en la mayor parte de los países de nuestro entorno geopolítico, ya que motivos existen. Sólo recordar que el tren es, respecto a la carretera, unas 20 veces más seguro, necesita la quinta parte del espacio para un mismo volumen de transporte, consume la mitad de energía y apenas contarnina.

Como conclusión, y centrándonos de nuevo en la negociación colectiva para 1987, si tenemos en cuenta el realismo de nuestras reivindicaciones, la dirección de Renfe tiene muy pocas razones -por no decir ninguna- para no aceptar las justas peticiones de sus trabajadores.

Por el contrario, si la empresa no es receptiva a nuestros planteamientos y además insiste en realizar una segunda reconversión en Renfe, los ferroviarios tendremos que luchar con todos los medios legales existentes para que los problemas sociales y económicos que recoge la plataforma unitaria comiencen a solucionarse, así como para no retroceder en otras cuestiones pactadas en los convenios negociados desde 1976 hasta ahora.

Francisco Naranjo Llanos es secretario de prensa del Sindicato Ferroviario de CC OO.

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