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Policías y funcionarios de prisiones piden medidas para tratar con reclusos afectados por el SIDA

Policías, funcionarios de prisiones e incluso mujeres del servicio de limpieza de comisarías han expresado su preocupación por la alta presencia de enfermos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) entre los reclusos y han iniciado acciones de protesta para que se adopten las medidas necesarias para evitar la posible infección. En Barcelona, unos 300 agentes de la Policía Nacional mantienen un encierro para protestar por la falta de condiciones higiénicas en que realizan las tareas de traslado de los presos. En Pamplona, miembros del Sindicato Autónomo de Policía (SAP) iniciaron ayer un encierro indefinido para pedir protección para los funcionarios que custodian a los delincuentes contagiosos.

La protesta por miedo a la enfermedad ha llegado hasta la comisaría de Benidorm, Alicante, donde las mujeres del servicio de limpieza se han negado a limpiar los calabozos por temor a contagiarse la enfermedad, debido a que los detenidos, que pueden permanecer en los calabozos hasta un máximo de 72 horas, hacen sus necesidades fisiológicas en los propios calabozos y las limpiadoras temen contagiarse. Algunos inspectores de policía. han decidido no acudir a los calabozos por temor a un posible contagio.La Unión Sindical de Policías (USP) aseguró ayer en un comunicado que el temor al SIDA puede provocar inhibición en la actuación de los policías. En una circular enviada a sus afiliados denuncia la situación en que se hallan los policías que, custodian presos enfermos de SIDA o hepatitis y se recomienda evitar en lo posible los contactos físicos con detenidos y personas que pudieran padecer la enfermedad, así como lavar a 65º la ropa que haya entrado en contacto con estos pacientes.

En cuanto a los cacheos a personas de riesgo o con heridas sangrantes, la USP aconseja que "han de efectuarse con guantes y estrujando y no deslizando las manos por el cuerpo, en previsión de agujas hipodérmicas y objetos cortantes".

En Barcelona, informa Ana Galcerán, unos 300 agentes de la Policía Nacional mantienen desde el pasado viernes un encierro en su cuartel para protestar por la falta de condiciones higiénicas en que realizan sus tareas de traslado de presos desde las prisiones a centros sanitarios. Los encerrados alegan un supuesto riesgo a contagiarse del SIDA, de tuberculosis o de otras enfermedades. Estos policías pertenecen a la llamada unidad polivalente, encargada de esas tareas de traslado de presos.

En el cuartel de la Verneda están encerrados permanentemente entre 150 y 200 agentes fuera de servicio, según el Sindicato Autónomo de Policía (SAP), la única asociación sindical que apoya la acción. Esto representa que el encierro es seguido por la casi totalidad de la plantilla de la unidad, ya que el resto [otros 100 agentes] se incorpora a la protesta cuando termina su jornada laboral.

También los funcionarios de prisiones de Barcelona reclamaron recientemente que se adoptaran mayores medidas preventivas para evitar riesgos de contagio entre los funcionarios que tienen trato con los reclusos afectados por el SIDA.

Pamplona

En Pamplona, miembros del Sindicato Autónomo de Policía (SAP) iniciaron un encierro indefinido en demanda del establecimiento de cinco turnos de trabajo y medidas de protección para los funcionarios que custodian a los delincuentes contagiosos.El encierro, de carácter indefinido, se realiza en los locales de la AISS, y en él participarán los policías en sus horas libres, para no descuidar el servicio al ciudadano, aunque no descartan la realización de medidas de presión "más prácticas" si sus reivindicaciones no son atendidas.

El Sindicato Profesional de Instituciones Penitenciarias de Sevilla hizo público ayer un comunicado en el que alerta a la población sobre el peligro de "propagación inmediata" del SIDA en las prisiones.

Según el comunicado, los funcionarios de prisiones se sienten alarmados por los datos obtenidos de distintos estudios, que confirman un elevado índice de población reclusa afectado por el SIDA y una carencia de medidas preventivas para frenar su propagación, por lo que exigen a la Administración el inicio de una investigación urgente y el reconocimiento a todos los internos, a fin de detectar la presencia del virus y poder trasladar a los presos afectados por el síndrome a departamentos específicos para ellos.

También consideran los funcionarios que se debe ampliar el período de observación sanitaria de los reclusos cuando son ingresados en el centro. Además, solicitan una rigurosa desinsectación y desinfección de las instalaciones penitenciarias.

"Nos parece denigrante", dice la nota, "el abandono de los aspectos de higiene y la ausencia de medidas serias al respecto, por lo que exigimos, al ser los funcionarios de prisiones el colectivo profesional de más alto riesgo de contagio, se nos dote de todo el material necesario para poder realizar nuestra labor con el mínimo riesgo para nosotros y nuestras familias, dotando, por ejemplo, de lavabos y servicios las vigilancias, guantes para cacheos y facilitar y poner a disposición de internos y funcionarios la vacuna para la hepatitis B".

Por otra parte, PDP e Izquierda Unida denunciaron ayer ante la Comisión de Justicia del Congreso el hacinamiento y el problema del SIDA en las cárceles españolas. El ministro de Justicia, Fernando Ledesma, se defendió afirmando que el hacinamiento se produce en pocos centros y que el SIDA es un problema sanitario.

Nicolás Sartorius, de Izquierda Unida, resaltó el hacinamiento de los reclusos, y citó los casos de Carabanchel y Yeserías, destacando la alarmante situación en que se encuentra el Hospital General Penitenciario, "donde no se cumple ninguna norma preventiva contra el contagio y la infección del SIDA". Ledesma contestó que se ha duplicado la inversión destinada a la política penitenciaria, respecto a 1982, y subrayó que no compartía la afirmación de que la situación de las cárceles es calamitosa.

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