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EL PONTÍFICE, EN EL CONO SUR

Desafiar el mundo de la violencia con la paz y el perdón

Juan Arias

El conflictivo viaje del papa Juan Pablo II a Chile ha puesto de manifiesto, según los medios más cercanos al Pontífice, que la misión de este Papa es desafiar al mundo actual presentando ante él el don de la paz y del perdón contra la violencia, que esta vez se ha desencadenado incluso físicamente ante sus ojos en una misa.Observadores cercanos al episcopado chileno -considerado, junto con el de Brasil, uno de los más valientes de América Latina- subrayan, a su vez, que el papa Juan Pablo II pudo ver y palpar con sus manos, en el curso de la batalla campal que se desarrolló en el parque O'Higgins de Santiago -durante la que se produjeron unos 600 heridos en choques entre policías y manifestantes- una fotografía de la realidad de este país: "Dos tercios de la gente reza y el tercio restante lucha con todo lo que puede, hasta con piedras y bastones, contra un régimen al que considera el culpable mayor de su falta de libertad".

El diario chileno conservador El Mercurio, vinculado al sector más derechista de la Iglesia católica, afirmó que no deja de ser significativo que el papa Juan Pablo II "casi en ninguno de sus discursos ha dejado de hacer una referencia a la importancia de los sacramentos de la eucaristía y de la reconciliación, pues, como dijo a los pobladores, "la enfermedad que a todos nos afecta es el pecado personal, que arraiga más en las conciencias a medida que se pierde el sentido de Dios".

El modelo

Añadió el diario conservador chileno, para argumentar la tesis que exponía, que el papa Juan Pablo II presentó a los sacerdotes chilenos el modelo del santo cura de Ars, exhortándoles a dedicar tiempo de su vida al confesonario y a la oración, y a los obispos les pidió "ser ejemplo de reconciliación, sobre todo hacia adentro".

Se trata dos métodos distintos que intentan, cada uno por su lado, buscar una solución a los graves y dramáticos problemas de un país que desea salir de una opresión que lo atenaza, pero que no sabe bien cómo conseguirlo.

El papa Juan Pablo II exhortó a quienes en Chile luchan por salir de la dramática opresión que les atenaza que lo hagan por los caminos del amor, que, según él dijo, es "más fuerte que la violencia".

No pocos chilenos temen, sin embargo, que, tras la salida del papa Juan Pablo II de este país, quien detenta el poder dictatorial en el país, y que consiguió recibir la bendición papal en la capilla del palacio presidencial de La Moneda, haya podido quedar convencido, al revés, de que para seguir en el trono el amor no baste.

Éste es el temor de muchos, una vez que se han apagado ya los fuegos artificiales de la fiesta. Otros seguirán esperando, para no sucumbir, en la fuerza del milagro.

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