Envío forense

Me dirijo a usted a fin de hacer las siguientes puritualizaciones al artículo publicado en su periódico del día 20 de marzo sobre un brazo en avanzado estado de descomposición que apareció en un paquete postal.El redactor de dicho artículo fue informado por la médica forense de este juzgado con exactitud de las características del envío que dio origen a la noticia y por ello sabía que el paquete no contenía un brazo, ni trozo de brazo, sino muestras de tejidos, órganos y líquidos orgánicos entre los que se encontraba una de piel del antebrazo izquierdo. Dicha muestra no superaba los 30 gramos de peso y es posible que su etiqueta indujera a confusión a los empleados de Correos.

El resto de las muestras se introdujo en botes de vidrio herméticamente cerrados protegidos por plástico especial de embalaje para evitar el contacto entre los mismos y su posible rotura. Parte de dichas muestras se envió sin conservante alguno, por ser éste el medio idóneo para el posterior análisis de tóxicos en las mismas. El envío de las muestras se hizo a la mañana siguiente de la práctica de autopsia -que se desarrolló en la tarde del día 4 de marzo-, y hasta su embalaje, los envases conteniéndolas permanecieron en cámara frigorífica; el olor que desprendían se debió, según informaciones del Instituto Nacional de Toxicología, a que dichos envases llegaron rotos en su totalidad, hecho que nunca había sucedido en los envíos de muestras remítidas por este juzgado.-

Juez de primera instancia.