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EL JUICIO SOBRE EL SÍNDROME TÓXICO

El microbús es más seguro

Medidas especiales para proteger los desplazamientos de los procesados y sus defensores

Al finalizar la sesión de la mañana de ayer, la caravana de microbuses que traslada cada jornada a los procesados y a sus abogados se puso una vez más en marcha, con su correspondiente custodia policial. Después de recorrer un tramo de la carretera de Extremadura, desembocó por una de las salidas, hasta llegar a un acceso de la estación del Norte. Los viajeros, en un grupo compacto, cruzaron el paseo de la Florida y fueron desparramándose por restaurantes. El grupo más numeroso, com puesto por 10 personas, se reunió en el altillo del restaurante Ferreiro. Una hora y media más tarde los comensales volvían a concentrarse en la estación del Norte, donde les esperaba el convoy.

"Esto no es manera de hacer las cosas. Espero que en las próximas jornadas la situación se normalizará y podamos abandonar y entrar en la sala sin necesidad de ninguna custodia. Pase lo que pase, la semana que viene, pienso prescindir de esta custodia y acudiré con mi propio coche a la sala de vista", ha recalcado uno de los letrados.Sin embargo, ayer, alguno de los procesados salieron a pie, entre el público, sin que se produjesen incidentes, entre ellos Enric Salomó y su abogado Jordi Claret. Salomó fue objeto de la atención de los, informadores a los que aseguró que está dispuesto a beberse una botella de su aceite para demostrar que no es la causa de la intoxicación. Los hermanos Ferrero, en contraste con esta actitud, fueron los únicos en salir directamente en un coche policial que los trasladó del lugar.

La comida de los procesados y sus abogados defensores se ha convertido durante: estos tres días en una pequeña aventura, según manifestó ayer uno de los letrados. En la primera jornada, dada la situación de tensión que existía en el interior de la sala, los acusados y sus abogados prefirieron no salir de ella y se habrían quedado sin comer a no ser por uno de los letrados, José Luis Ortiz León, defensor de Ramón Carreras Clotet, que decidió arriesgarse y acudir con su propio vehículo hasta un bar cercano a la, Casa de Campo, donde hizo acopio de bocadillos para los asediados. Al finalizar la sesión de tarde, los acusados y algunos abogados debieron ser custodiados y trasladados al centro de la ciudad en furgones, policiales. Esta situación fue planteada por los abogados a Antonio Pedrol Rius, presidente del Consejo General de la Abogacía y decano del Colegio de Abogados de Madrid, que realizó gestiones para que se modificaran y mejoraran las condiciones de seguridad de los acusados y sus letrados.

El martes entraron en funcionamiento tres microbuses que, custodiados por otros vehículos policiales se dedican a trasladar a los acusados, soslayando de esta manera las posibles agresiones de los afectados.

Por los mismos motivos de seguridad, la mayor parte de los acusados, que viven fuera de Madrid, guardan un estricto silencio sobre el lugar donde se alojan. El más explícito ha sido el letrado Jordi Claret Andreu, defensor de Enríc Salomó, de Reus, que aseguró que se alojaba con su cliente en un hotel de la Gran Vía. Se negó a facilitar cualquier otro dato por cuestiones de seguridad.

Los afectados, incómodos

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Ayer por la tarde. cuando finalizó el tercer día de juicio, la mayor parte de los acusados venidos de las diferentes provincias optaron por regresar a casa, para pasar allí el fin de semana. Salomó y su abogado iniciaron a las 10 de la noche el regreso a Cataluña, por carretera, en su propio coche, en el que habían decidido viajar en previsión de que se alargara la huelga de trabajadores de la compañía Iberia.

Los afectados por el síndrome tóxico, que han acudido durante estos días a las sesiones judiciales, se sienten también incómodos por la falta de medios y servicios según se desprende de un comunicado firmado por la coordinadora.

Carecen de cafetería, que en principio se había previsto instalar en el pabellón de descanso, tampoco tienen circuito cerrado de televisión "del que tanto se ha hablado" y se quejan, por último, de que las propias asociaciones hayan tenido que pagar las conexiones telefónicas; de los despachos de las diferentes agrupaciones, así como el importe de los recibos.

La coordinadora recalca que los responsables de organizar la infraestructura del proceso, no tuvieron en cuenta las opiniones y sugerencias que les habían hecho.

En el mismo comunicado se hace responsable a los acusados ele los incidentes acaecidos en la primera jornada del juicio, que hicieron "actos provocativos, ante los ojos de los afectados". La coordinadora se queja también de la actuación policial el lunes pasado, a la que calificaron de "brutal".

Un portavoz de la organización de los afectados aseguró que a partir del próximo lunes se pondrá en funcionamiento un calendario de asistencias, con el cual se pretende controlar y asegurar la asistencia de público a la vista oral. Mediante este sistema, entrarán como parte del público, puesto que devolvieron las credenciales al no estar de acuerdo con el reparto hecho entre las asociaciones.

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