Reagan rechaza la política de defensa de la oposición británica

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha advertido al líder de la oposición británica, Neil Kinnock, que la aplicación de una política de defensa unilateralista, como la patrocinada por el Partido Laborista debilitaría la Alianza Atlántica y socavaría la posición negociadora de EE UU en las conversaciones de desarme de Ginebra.

Las preocupaciones norteamericanas le fueron expresadas con toda claridad a Kinnock en una corta entrevista en la Casa Blanca el viernes por la tarde, en la que Reagan estuvo acompañado por toda su plana mayor, desde el vicepresidente George Bush al nuevo asesor de seguridad, Frank Carlucci.La entrevista, que no pasó de los 20 minutos, aunque la versión laborista fue que duró cerca de media hora, fue descrita por Kinnock como "constructiva y agradable".

Fuentes de la Casa Blanca manifestaron tras la reunión que Reagan había expuesto cortésmente su punto de vista sobre la política de desarme unilateral de los laboristas.

El presidente, según estas fuentes, añadió que la desnuclearización total del Reino Unido colocaría a Occidente en una posición similar a la que se encontraban las democracias europeas en 1939 frente a la amenaza nazi. "No podemos consentir que se produzca una situación similar", manifestó Reagan a Kinnock, según las citadas fuentes. La referencia de Reagan a 1939, año en que comenzó la II Guerra Mundial, pone de relieve la preocupación de los líderes, de la generación del presidente norteamericano con establecer paralelos con los años treinta, un recuerdo difícil de entender a veces por los hombres de la generación de Kinnock, que ayer precisamente cumplía 45 años.

Los laboristas han anunciado que, si ganan las próximas elecciones, cerrarán todas las instalaciones nucleares norteamericanas en suelo británico, devolverán a Estados Unidos los misiles de crucero estacionados en el Reino Unido y cancelarán el actual programa nuclear británico.

Durante la entrevista, Kinnock trató de convencer a Reagan de que un Gobierno laborista sería un fiel aliado de Estados Unidos y un activo miembro de la OTAN.