El plúblico mexicano elogia a Els Comediants y abuchea a La Fura dels Baus
El grupo de teatro Els Comediants, con su obra Demonios, desencadenó el entusiasmo de unos 3.000 espectadores por las calles del centro de la capital mexicana, la noche del sábado, en el segundo día de la muestra de Teatro Español en México. En la inauguración de la muestra el público había abucheado el espectáculo Bajada de humos, de La Fura dels Baus, y pasó sin pena ni gloria Los locos de Valencia, por la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
La actuación de Els Comediants sirvió para dar un giro favorable a la muestra tras el decepcionante comienzo del viernes. La obra de Lope aburrió a un público convencional entre el que abundaban los españoles residentes en la capital mexicana. Bastante diferentes eran los 2.000 espectadores que se habían reunido en la Alameda, frente al edificio de Bellas Artes, en espera de La Fura dels Baus.El público, aunque joven y poco convencional, comenzó a indignarse con el retraso. El periodista Miguel Ángel Granados comentaba que en México apenas hay tres cosas puntuales: los toros, los conciertos y el teatro. Para matar, el tiempo de espera, los asistentes empezaron a gritar "culeeeros" a los actores. Con el insulto se aludía a que les faltaba valor para iniciar el descenso del edificio que habían escogido para su representación. Se trataba del edificio de una compañía de seguros que quedó inhabitable tras el terremoto de septiembre de 1985.
Por fin, con tres cuartos de hora de retraso, se inició Bajada de humos. Dos actores descendieron por la fachada del edificio en medio de la humareda y los fuegos de artificio que simulaban un incendio en el interior. Todo duró unos minutos y la indignación y la rechifla se extendieron entre el público. Hubo gritos de "teatro, sí; mamadas, no", "Ios que limpian los vidrios lo hacen mejor" y vivas a los "voladores de Papantla", indígenas del Estado de Veracruz que realizan un espectacular descerso desde un poste, cuatro a la vez, que se descuelgan de una soga cabeza abajo.
Algunos recordaron la conquista e insultaban al grito de "¡Hijos de Cortés!", mientras que algunos prefirieron lanzar el de "¡Venancio!", nombre del gachupín por antonomasia, el español que vino a México a hacer dinero.
El único chiste gracioso de la actuación de la Fura lo provocaron los bomberos, que alarmados por la humareda llegaron con toda la parafernalia de sirenas y ruido para apagar un incendio que nunca existió. En los corrillos que se formaron hasta la medianoche, un representante del grupo explicaba que la actuación había sido solamente una especie de preludio y se lamentaba de que todo hubiese sido anunciado como una representación. "Esto lo hacemos generalmente en pleno día y sin avisar, se organiza el lío de tráfico y todo resulta diferente". A su lado un joven gritaba indignado que no hay derecho a gastar el escaso dinero de que se dispone en un espectáculo así, y, en alusión a los días de la conquista decía: "Estos españoles han venido de nuevo a vendernos espejitos".
Els Comediants consiguieron en el segundo día de la muestra entusiasmar al público mexicano con su espectáculo Demonios. Durante más de hora y media, el grupo aprovechó el extraordinario espacio escénico que les ofrecía la plaza de Santo Domingo.
Demonios reunía todos los ingredientes capaces de entusiasmar a los mexicanos y lo consiguió. El fuego en un auténtica orgía pirotécnica, la presencia de los diablos, las máscaras y el baile contagiaron inmediatamente al público que se sumó al espectáculo y participó colectivamente. Los comentarios del público eran "es un sueño", "precioso", "increible" y "no hay teatro como éste aquí".
Babelia
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