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Una fracción de las Brigadas Rojas asesina en Roma a un general del ejército del Aire

El general del Ejército del Aire italiano Licio Giorgeri, director general de Armamento Aeronáutico y Espacial, de 62 años, fue asesinado ayer por la tarde en Roma por dos jóvenes que le dispararon desde una motocicleta cuando se encontraba en un coche oficial. El grupo terrorista Unión de Comunistas Combatientes, una de las dos ramas en que están divididas las Brigadas Rojas, se atribuyó la responsabilidad del atentado en una llamada telefónica a un periódico de Roma.

Al parecer, los dos jóvenes, que después de perpetrar el atentado consiguieron huir, llevaban la cabeza cubierta con cascos cuando se acercaron en una motocicleta y uno de ellos disparó cuatro o cinco tiros con una pistola hacia la parte posterior del coche. El automóvil del general se encontraba en la calle de Fontanile Arenato, cerca de la casa de la víctima del atentado.El general murió cuando era conducido a un hospital, mientras el conductor del vehículo resultó ileso.

En una llamada telefónica a la redacción en Milán del periódico romano La Repubblica, una voz femenina dijo: "Esta tarde hemos ejecutado a Licio Giorgeri, alto dirigente y responsable de la fabricación de armas aeronáuticas y espaciales. Seguirá un comunicado".

Ésta es la primera vez que la Unión de Comunistas Combatientes, creada en 1984 por escisión en el seno de las Brigadas Rojas, efectúa un atentado terrorista mortal.

La escisión

La escisión se produjo a raíz de divergencias de opinión entre los partidarios de un "ataque frontal contra la Alianza Atlántica" y los que consideraban más urgente la lucha "contra el enemigo de clase".

Los ortodoxos se reagruparon entonces en torno a Barbara Balzerani bajo la denominación de Brigadas Rojas para la Construcción del Partido Comunita Combatiente. Al ser detenida Barbara Balzerani en 1985, este grupo -al que pertenecen los llamados irreductibles porque siguen proponiendo la lucha armada como método- parece haber perdido influencia a favor del otro grupo, llamado de los disidentes, o Unión Comunista Combatiente.

Los 'ortodoxos'

La mayor parte de los ortodoxos, que actualmente se encuentran encarcelados, no se solidarizan con los atentados perpetrados por el otro sector, minoritario e integrado generalmente por militantes más jóvenes.

La última acción de la Unión de Comunistas Combatientes se registró el pasado mes de febrero, cuando los carabinieri irrumpieron en una reunión que tenían varios miembros de la organización. Se produjo un tiroteo en el que tres militantes del grupo fueron heridos y posteriormente detenidos.

El ministro italiano de Defensa, Giovanni Spadolini, atribuyó inmediatamente el atentado a las Brigadas Rojas. "Siguen activas. Voy a rendir homenaje al cuerpo del general Giorgeri", declaró Spadolini al enterarse del atentado, en el momento en que abandonaba la sede del Consejo de Ministros, donde se encontraba para asistir a una reunión del Gobierno.

El atentado, según Spadolini "es un nuevo golpe que forma parte de un plan para desestabilizar el país, un plan al cual el Estado responderá con firmeza y decisión". El ministro italiano de Defensa rindió homenaje al general asesinado, del que dijo que había sido "un soldado irreprochable".

El último atentado perpetrado por las Brigadas Rojas fue el asalto en Roma, el pasado 14 de febrero, a un furgón postal, en el que resultaron muertos dos. miembros de la escolta policial y otro gravemente herido. El atraco al furgón postal, cuya responsabilidad se atribuyó igualmente la Unión de Comunistas Combatientes, permitió a los terroristas obtener un botín de aproximadamente 100 millones de pesetas.

El último atentado

El último atentado en Italia contra un militar se produjo el 14 de febrero de 1984, contra el general norteamericano Leamon Hunt, jefe de la Fuerza Multinacional de Observación en el Sinaí.

En cuanto a los dos últimas acciones de las Brigadas Rojas, aparte el asalto al furgón postal, se produjeron el 21 de febrero de 1986 (atentado fallido contra un colaborador del primer ministro italiano dimisionario, Bettino Craxi, en el cual un terrorista resultó muerto) y el 10 (le febrero del mismo año, cuando fue asesinado el ex alcalde de Florencia Lando Conti.

Entre 1977 y 1980, las Brigadas Rojas perpetraron una serie de atentados de los que fueron víctimas, entre otras, 17 personalidades públicas. Su acción más audaz fue el secuestro y posterior asesinato, en 1978, del ex primer ministro y presidente de la Democracia Cristiana (DC) Aldo Moro.

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