México firma un crédito nuevo por 7.700 millones de dólares con 400 bancos comerciales
México, que tiene la segunda deuda externa más elevada del mundo en desarrollo, firmó ayer en Nueva York un crédito de 7.700 millones de dólares con 400 bancos comerciales, el préstamo más grande de dinero fresco jamás concedido a una nación deudora. De esta cantidad, 6.000 millones son nuevos créditos. Los 1.700 millones restantes son préstamos eventuales, que se dividen en 1.1.00 millones que serían concedidos si los ingresos por las exportaciones mexicanas de petróleo caen bruscamente, y en otros 500 millones disponibles en caso de que se produzca una fuerte disminución del crecimiento económico del país.
"No sólo beneficia a México, sino que fortalece al sistema financiero internacional", afirmó el ministro de Finanzas mexicano, Gustavo Petricioli, en el transcurso del acto de la firma, celebrada en el hotel Pierre, de Nueva York. El presidente del Sindicato de Bancos Acreedores, William Rhodes, dijo que el acuerdo suscrito ayer con la banca confirma la confianza de la comunidad internacional en México y en su plan económico. La deuda mexicana asciende a 102.000 millones y, sin los nuevos préstamos, el país amenazaba con suspender el pago de intereses. Este año, el servicio de la deuda le supondrá a México 7.000 millones de dólares.México y los bancos acordaron además, ayer, la reestructuración de 43.700 millones de la actual deuda, permitiendo un reescalonamiento de los pagos, y una reducción de los intereses sobre 8.600 millones de dólares de créditos que México firmó en 1983 y 1984. La firma del acuerdo se ha retrasado debido a la negativa de varias decenas de bancos pequeños de prestar más dinero a México por considerar que este país comporta un riesgo excesivo. Pero el pacto financiero fue firmado ayer por el 99% de los bancos y continuará abierto a la firma de las instituciones que no lo han hecho todavía.
Seis meses negociando
El acuerdo alcanzado ayer entre la banca internacional y México ha costado seis meses de difíciles negociaciones y tiene lugar justo un mes después de que Brasil, con 108.000 millones de dólares, la primera deuda externa del mundo en desarrollo, anunciara una moratoria en el pago de 68.000 millones de dólares de intereses. México anunció que no seguiría, a pesar de todo, el camino brasileño.Petricioli, que había dado de plazo a los bancos comerciales hasta el 20 de marzo para llegar a un acuerdo, dijo ayer que éste significa un paso adelante en el manejo de la deuda, pero el problema continúa y no puede ser enfrentado aisladamente, sino en el contexto del crecimiento económico internacional.
Medios económicos norteamericanos señalaron ayer que el acuerdo con México refleja el peso político cada vez mayor de los grandes países deudores en vías de desarrollo sobre las autoridades monetarias del primer mundo. El acuerdo estaba vinculado con compromisos de 6.000 millones más de dólares de préstamos a México del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y de Gobiernos occidentales, incluido Estados Unidos. Parte de este dinero ya ha sido desembolsado.
El acuerdo con México es un ejemplo del denominado plan Baker, secretario del Tesoro norteamericano, que solicita de la banca privada nuevos créditos a los países en desarrollo a cambio de que éstos se comprometan a realizar reformas económicas y programas de ajuste. México ya ha iniciado un proceso interno de apertura y reestructuración económicas, estimulado ahora por la subida de 11 a 18 dólares en el precio del barril de petróleo y por la devaluación del peso, que ha provocado un aumento de sus exportaciones. Algunos expertos temen que el nuevo dinero logrado por México sea más de lo que el país necesita y que el presidente Miguel de la Madrid, en un año preelectoral, lo utilice para estimular peligrosamente la economía después de cinco años de austeridad.
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