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Stone: "Nuestros principales enemigos en Vietnam éramos nosotros mismos"

El director de 'Platoon' presenta su película en Madrid

Oliver Stone fue a la guerra de Vietnam cuando tenía 21 años; ahora, a los 40, sigue de alguna manera sufriendo la resaca de esa experiencia cuando habla sobre ella,: "Nuestros principales enemigos en Vietnam éramos nosotros mismos". Su película Platoon ganó el premio al mejor director la semana pasada en el Festival de Cine de Berlín, tiene ocho candidaturas para el Oscar y se está convirtiendo en Estados Unidos en un éxito de taquilla.

Oliver Stone es un hombre alto y fuerte. Parece fácil imaginarlo vestido de uniforme entre el tupido follaje. Hay tres personajes principales en Platoon, y cada uno de ellos llega a convertirse en un arquetipo dentro del' drama de la guerra. "Las ideologías de los dos sargentos están basadas en dos personas que conocí en diferentes unidades cuando yo combatí en Vietnam. El sargento Barnes representa la ideología racista contra los nativos. Los odiaba y quería matar a todos. El sargento Elías representa una posición no racista. Su idea era la de sobrevivir como puedas y luchar en la guerra con lo que quedara de dignidad"."Chris, el soldado, es un advenedizo recién llegado que tiene que enfrentarse a estas dos ideologías por primera vez en su vida. Está confundido al principio; tiene delante al bien y al mal en una situación en la que cada uno de los elementos le lleva al mal", dice Oliver Stone.

Después de una especie de euforia reaganista en el cine norteamericano de los últimos años, el éxito de la película de Stone, que presenta un punto de vista totalmente opuesto, parece una jugarreta del destino.

"Pienso que se da una situación irónica, porque yo hubiese querido hacer la película en 1976, cuando la escribí, pero pienso que es más importante en 1986, a causa del nuevo militarismo norteamericano en Granada, en Beirut, en Trípoli y América Central", continúa Stone.

"Mi película iba totalmente contra corriente; la película más vista el año pasado fue Top gun; el año anterior lo fue Rambo. Lo mío es como una bofetada a todas esas convenciones; he hecho una película realista; no sé por qué ha tenido tan buena aceptación en Estados Unidos, a no ser que se hayan hartado de películas fantasiosas o porque Vietnam sigue siendo un drama presente en sus vidas".

En la película no se presenta a un enemigo. Stone parece haber preferido centrar la película en un debate en el interior del ejército. "Pienso que el balance de la guerra se encontraba ahí. Había una falta de propósito moral, una falta de integridad moral; todos luchábamos para sobrevivir como individuos; contábamos los días como prisioneros hasta que nos íbamos. No había sentido de objetivo geográfico en la lucha, ningún sentido moral, ningún sentido del triunfo. Por eso, si un oficial le pedía a un soldado que arriesgara su vida, la primera reacción era la de mandarlo al diablo. Y si el oficial insistía mucho, él era capaz de matar al oficial. El resultado es este vacío moral del que hablaba y que fue la ventaja del Ejército norvietnamita, que contaba con un propósito moral unificado. Nuestros principales enemigos éramos nosotros mismos".

Nuevo cine

Oliver Stone había viajado voluntariamente a los 16 años a Saigón como profesor de escuela y luego se embarcó en un mercante. Más tarde volvió a Estados Unidos y vivió en México, donde terminó su primera novela. A los 21 años regresó a Vietnam como soldado. Cuando volvió a Estados Unidos estudió cine, y en 1976 ganó un oscar como guionista por su trabajo en El expreso de medianoche. También escribió el guión de películas como El precio del poder y Manhattan sur. Platoon se estrenará en Madrid en la segunda quincena de este mes.En los últimos tiempos han tenido mucho éxito en Estados Unidos algunas películas de jóvenes directores de filmes de bajo presupuesto.

"Hay una especie de nueva independencia en Estados Unidos porque el sistema de los estudios de cine fue muy mal entre 1980 y 1985, en que no se hacía nada serio. Era como una retirada hacia la era Reagan, con su infantil conservadurismo. Era difícil ser un dramaturgo. El boom del vídeo hizo posible que pudieran progresar los pequeños productores independientes de cine. Terciopelo azul y Sid y Nancy no se podrían haber hecho antes de 1985. Pienso que representan una nueva libertad y una nueva variedad de formas de hacer cine".

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