El ministro soviético
de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, fue ayer objeto de la protesta de unas 300 personas y se convirtió en blanco del lanzamiento de algunos huevos en el último de los tres días de su visita oficial a Australia, que finalizó el martes por la noche en Sidney. Los manifestantes eran, en su mayor parte, emigrados de países del este de Europa, judíos y afganos opuestos a la presencia de tropas soviéticas en su país.-
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