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LA NUEVA LEPRA

Una residencia de la Seguridad Social de Barcelona inyectó a una paciente sangre con anticuerpos del SIDA

Milagros Pérez Oliva

MILAGROS P. OLIVA La residencia de la Seguridad Social Príncipes de España de Bellvitge, junto a Barcelona, ha incumplido durante cuatro meses la orden del Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat, fechada el 10 de octubre de 1986, por la que se obligaba a los bancos de sangre de Cataluña a efectuar la prueba de detección de anticuerpos del SIDA en todas las donaciones que se produjeran. Durante este período, al menos una enferma de la residencia ha recibido una transfusión de sangre que ha dado positivo en la prueba de anticuerpos del virus, según fuentes del propio hospital. Tanto el Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat como el director de la residencia, doctor Josep Maria Capdevila, afirmaron ayer a este diario no tener constancia de que se hubiera utilizado sangre infectada durante el período de incumplimiento de la norma, aunque ambos anunciaron una investigación oficial.

La dirección médica de la residencia difundió ayer una nota interna prohibiendo la utilización de sangre procedente del banco de donantes del hospital para cualquier transfusión. La orden de la Generalitat entró en vigor el 22 de octubre, fecha de su publicación en el Diari Oficial de la Generalitat. El incumplimiento de la orden puede tener consecuencias graves, incluso de tipo penal, en el caso de que algún enfermo del hospital llegue a desarrollar la enfermedad por haber recibido una transfusión de sangre infectada.En la Junta Clínica celebrada el miércoles pasado, los representantes del cuerpo facultativo preguntaron al director del hospital, Josep Maria Capdevila, las causas de este incumplimiento. Unos días antes, dos fuentes diferentes del centro habían comunicado a este diario el malestar de los responsables del banco de sangre por la negativa del comité de dirección del hospital a autorizar la compra del material necesario para efectuar las pruebas.

La directora del banco de sangre había solicitado la intervención del Departamento de Sanidad para que el comité de dirección de la residencia autorizase la adquisición del material, lo que motivó una carta oficial ordenando la compra.

El doctor Capdevila confirmó ayer que la autorización de compra no se había firmado hasta hace unos días a causa de problemas burocráticos y presupuestarios. Sobre el posible contagio de enfermos, que hubieran sufrido alguna transfusión, el doctor Capdevila afirmó ayer por la mañana que no tenía constancia de ningún caso. Sin embargo, por la tarde, tanto el doctor Capdevila como el doctor Arjalagués, responsable de los bancos de sangre en el Departamento de Sanidad y Seguridad Social, afirmaron que tenían constancia de cuatro enfermos a quienes se había inyectado sangre con anticticuerpos del SIDA, uno de ellos ya fallecido a causa de un cáncer de pulmón, aunque precisaron que eran transfusiones -anteriores a la vigencia de la norma que obliga a efectuar la prueba antiSIDA. Ambas fuentes afirmaron tajantemente desconocer si se había producido alguna transfusión de sangre infectada durante los cuatro meses de incumplimiento de la orden.

Sin embargo, fuentes del propio hospital informaron anoche que una paciente del servicio de hemodiálisis recibió el día 24 de diciembre de 1986 una transfusión de sangre que había dado positivo en la prueba de anticuerpos. La existencia de esta partida de sangre fue comunicada anteayer al hospital por la empresa Grifols, industria farmacéutica a la que el hospital vende el plasma sobrante de sus donaciones para la fabricación de hemoderivados.

Las industrias farmacéuticas están obligadas a efectuar las pruebas de anticuerpos desde hace más de un año por un real decreto de ámbito estatal. El banco de sangre de la residencia de Bellvitge remite a la citada industria el plasma sobrante de sus donaciones aproximadamente cada tres meses.

Por ello, la notificación del rechazo de una partida infectada se ha producido después de que el hospital utilizase una parte de la misma sangre -la de los hematíes- para transfusiones.

Nuevo análisis

En este caso, la sangre que ha dado positivo en la primera prueba ELISA debe ser sometida a un segundo análisis, más complejo, para descartar que no se trata de un falso positivo, aunque el porcentaje de falsos positivos es, en general, muy bajo. Si el segundo examen da también positivo, será preciso averiguar a qué enfermos ha sido inyectada-, ya que corren alto riesgo de desarrollar la enfermedad, cuyo período de incubación es de por lo menos dos años.

Por otra parte, ayer falleció a causa del SIDA Diana Cianca, vecina de Cabezón de la Sal (Cantabria), la primera víctima mortal del SIDA en España que no pertenece a uno de los tres grupos de alto riesgo (homosexuales, drogadictos y hemofilicos).

Diana Cianca contrajo la enfermedad en una transfusión de sangre a causa del parto de su tercer hijo.

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