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Las universidades chinas pondrán más énfasis en la ensenanza del marxismo

Los estudiantes chinos, que protagonizaron los movimientos de protesta de diciembre último, han comenzado a regresar a las aulas, con calma y orden, desde primeros de esta semana, al finalizar su período de vacaciones con motivo del nuevo año lunar chino. La única novedad en las clases será, al parecer, un mayor énfasis entre los profesores para explicar y educar a sus alumnos sobre los valores del marxismo-leninismo.

Así lo ha sugerido en Pekín el viceprimer ministro Li Pen, responsable de la comisión estatal de Educación y probable sucesor del primer ministro, Zhao Ziyang, como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh). Li advirtió recientemente de que las autoridades incluso llevarán a cabo una serie de investigaciones sobre aquellos estudiantes que tengan ideas erróneas, para orientarlas hacia la correcta interpretación del pensamiento marxista-leninista-maoísta, "base de la sociedad china".Estas declaraciones marcan el fin de la breve apertura que dio pie a las manifestaciones estudiantiles del pasado mes de diciembre y que desencadenaron la reacción de los sectores más conservadores del Partido Comunista Chino. Estos sectores han lanzado ahora una campaña contra el liberalismo burgués tras conseguir la destitución de Hu Yaobang del puesto de secretario general del PCCh, que ocupó hasta media dos del pasado mes de enero.

[El departamento político del Ejército Popular de Liberación chino instó ayer a los soldados a luchar contra las infiltraciones capitalistas y burguesas en sus filas, mediante un comunicado en el que se afirmaba que la campaña contra el liberalismo burgués es "una lucha política seria", informa la agencia Efe desde Pekín.]

Coincidiendo con el inicio de este nuevo período docente, Diario del Pueblo, el órgano oficial del PCCh, advirtió en su edición del pasado domingo que las discusiones y los debates sobre el marxismo debe desarrollarse en un "ambiente normal y sin manifestaciones".

La gran cuestión abierta es sin embargo, hasta qué punto afectará a la política económica la actual campaña contra el liberalismo burgués.

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[El propio Li Pen le dijo ayer en Pekín a Jean Lipkowski, consejero del primer ministro francés, Jacques Chirac: "Pueden ustedes prepararse psicológicamente para que algunos proyectos (occidentales) de cooperación sean rechazados o revisados", informa France Presse. "La elección de un socialismo a la china implicará ciertamente problemas de cooperación con nuestros amigos occidentales", añadió Li.

"Vuestra democracia no es la nuestra. Ustedes no van a cambiar China. China tiene necesidad de democracia, pero esa necesidad se resume en elcentralismo democrático", dijo también Li Pen, quien insistió en que su país quiere "adquirir la tecnología de Occidente, aunque rechaza sus modos de vida y su ideología". Lípkowski estimó, por su parte: "La opción social es clara. China retrocede 10 años".

Sin embargo, también ayer, el líder chino, Deng Xiaoping, reiteró en presencia del presidente de Gabón, Omar Bongo: "El reciente cambio en la dirección (china) contribuirá a la puesta en práctica de nuestras políticas establecidas más bien que a dificultarlas".]

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