Retrospectiva del muralista mexicano Diego Rivera en el Centro de Arte Reina Sofía
El Centro de Arte Reina Sofía exhibe desde ayer una exposición retrospectiva del muralista mexicano Diego Rivera (1884-1957). La muestra ha contado con un presupuesto de alrededor de 50 millones de pesetas y exhibe un centenar de pinturas al óleo, 110 dibujos, acuarelas e ilustraciones para libros, una colección de fotografías -con las que se pretende recoger la atmósfera del país nativo del pintor- y una película de 35 minutos de duración sobre los grandes murales realizados por Diego Rivera.
La retrospectiva de Diego Rivera, que permanecerá abierta hasta el 4 de junio, pretende conmemorar el centenario del nacimiento de este creador cuya obra es la primera vez que se puede contemplar en España.
Esta misma exposición ha sido exhibida anteriormente en el Instituto de Arte de Detrolt, Museo de las Artes de Filadelfia y Museo del Palacio de Bellas Artes de México. Después de su paso por Madrid, será ex puesta en el Museo Estatal de Artes de Berlín. La exposición ha sido organizada por Linda Downs y Ellen Sharp, del Instituto de Artes de Detroit, quienes aseguran que ésta es la primera vez que se organiza una muestra semejante de Rivera.
Conocido internacionalmente como un gran muralista -junto a Orozco y Siqueiros-, Rivera tuvo una amplísima produción formada por más de 3.000 óleos y 25.000 dibujos, en los que, a través de sólidas figuras, abordó los más diversos temas y dejó constancia de su militancia izquierdista.
La exposición de Madrid cuenta con obras representativas de cada una de las etapas del pintor con piezas procedentes de diversas colecciones institucionales y privadas. Una gran parte de los óleos expuestos, un total de 49, son propiedad de Dolores Olmedo, una rica mujer mexicana que desde muy joven estuvo vinculada al pintor y que se ha desplazado al Reina Sofía para seguir de cerca los preparativos de la exposición. Dolores Olmedo cuenta con una colección de 125 obras de Rivera. Seis de ellas le fueron regaladas por el artista y el resto han sido adquiridas por ella, directamente compradas al pintor o en subastas y galerías de arte.
Dolores Olmedo, que cuenta ahora unos 80 años -ella se niega coquetamente a hablar de su edad-, recuerda que conoció a Rivera en 1930, cuando, siendo los dos muy jóvenes, él le hizo 27 dibujos para una litografia y ya no perdieron nunca el contacto, aunque él se casara cuatro veces y ella dos. "Nunca tuvimos una relación amorosa. Yo fui su amor platónico", dice, mientras muestra, complacida, la dedicatoria escrita en la parte posterior de una de las 25 puestas de sol de Acapulco pintadas por Rivera ("Para el amor de mis amores, nueva vida de mi vida, Lola Olmedo") y de las que Olmedo ha conseguido reunir las 20 que se muestran en el Reina Sofía.
Dolores Olmedo tiene las 125 obras de Rivera en su casa de Ciudad de México, un palacete del siglo XVI que ella ha convertido en gran museo privado dedicado a su amigo, y se ocupa de los dos museos mexicanos a los que el pintor donó su obra pictórica. "Para mí ha sido siempre el pintor más importante. Era tan grande como su humanidad y demostró su generosidad al dejar su obra para los mexicanos".
