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RELIGIÓN

El Vaticano congela su presupuesto

Juan Arias

El proyecto de presupuestos del Vaticano para 1987 no ha sido aprobado. La noticia la ha dado el cardenal brasileño Opilio Rossi, presidente de APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), por medio de una carta circular enviada a todas las congregaciones romanas. No habrá, pues, para este año aumento de sueldos ni se efectuarán los nuevos gastos que estaban previstos en el presupuesto no aprobado. El bloqueo, sin embargo, no afecta a los empicados del Governatorato de la Ciudad del Vaticano.

Sin embargo, la comisión, compuesta por 15 cardenales de todo el mundo, que se había reunido en Roma para estudiar el presupuesto hizo público que, en su opinión, lo consideraba "dentro de los límites de la austeridad".El problema, parece ser, es más de estrechez de fondos que de despilfarro por parte de los empleados curiales, que, por otro lado, hoy día no cobran sueldos de oro. Basta indicar que un prefecto de congregación, que tiene una categoría similar a la de ministro, cobra en la actualidad un sueldo cercano a las 280.000 pesetas.

Los sueldos escandalosamente altos parecen más un problema de tiempos pasados, cuando, por ejemplo, Pío X, meses después de su elección, deshizo la Congregación de las Indulgencias y la Congregación de las Reliquias a causa de los sueldos escandalosos que cobraban sus empleados.

Los trabajadores a quienes afecta la decisión del Vaticano de bloquear el presupuesto de este año sor, 2.280, además de un millar de jubilados, una gran parte de los cuales son religiosos y sacerdotes.

Sin embargo, el bloqueo no afecta a los empleados del Governatorato o administración de la pequeña Ciudad del Vaticano, presidido por el cardenal Sebastiano Baggi, a quien se le atribuyen simpatías por el Opus Dei, ni tampoco a quienes dependen del arzobispo Paul Marcinkus, presidente del Instituto de Obras de la religión (IOR), considerado generalmente como el banco del Papa.

El montaje turístico

Este sector, que administra todo el montaje turístico que rodea la basílica de San Pedro, que abarca desde los innumerables museos hasta los sellos de correos que emite el pequeño Estado vaticano, ha permanecido siempre en actividad y especialmente en los últimos tiempos, desde que Radio Vaticana ha pasado a depender de la Secretaría de Estado, cuyo pasivo en 1985 había sido de mil quinientos millones de pesetas.Tampoco se sabe aún cuál ha sido el montante total del balance del pasado año 1986. La comisión cardenalicia mundial había previsto para dicho año únicamente un déficit de 8.000 millones de pesetas. Una de las tesis que se barajan es que tal vez se quedaron cortos en sus previsiones y de ahí el que el Vaticano se haya visto obligado a desechar el presupuesto que había previsto para este año.

La noticia es un síntoma sin embargo de que, por lo que se refiere a dinero líquido, el Vaticano está atravesando un período de vacas flacas. Ya en la última reunión de cardenales se había hablado del peligro de que el papa Wojtyla tuviera que recurrir, si las cosas se agravaban, a echar mano de los "bienes patrimoniales" de la Santa Sede, por ejemplo, a empezar a vender inmuebles para poder hacer frente a los gastos que cada año se multiplican más, debido al aumento de la actividad burocrática del Vaticano, mientras que, al parecer, el óbolo de san Pedro, es decir el dinero que cada año le llega al Papa procedente de las limosnas de los fieles de todo el mundo, sigue disminuyendo.

Se trata tan sólo de una hipótesis, pero en círculos vaticanos se asegura que muchas de las ofertas que antes llegaban al Vaticano sin un destino específico, durante el actual reinado del papa Wojtyla estas mismas ofertas llegan con la especificación de que deben servir para ayudar a la Iglesia de Polonia, aspecto este que se respeta sagradamente.

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