Las disputas centroamericanas dominan la 'cumbre' con la CE en Guatemala

La conferencia San José III -que reúne en Guatemala a los representantes de los 12 países de la Comunidad Europea (CE), los cancilleres de los cinco países de Centroamérica y los cuatro del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá)- se ha celebrado en medio de fuertes controversias y un diálogo de sordos entre los centroamericanos, que provocaron estupefacción en varias delegaciones europeas. "Riña de verduleras" y hasta una poco diplomática "siempre la misma mierda" eran frases oídas en los pasillos de la conferencia de algunos delegados europeos que comentaban las querellas de los centroamericanos.

JOSÉ COMAS, ENVIADO ESPECIAL, El Salvador y Nicaragua llevaron esta vez la voz cantante. Ya el lunes, en la ceremonia inaugural, el canciller de El Salvador, Ricardo Acevedo, puso la nota discordante con su ausencia y la silla vacía. En el acto no hubo discurso en representación de Centroamérica. Según los salvadoreños, todo se debió a la oposición de Nicaragua a que El Salvador hablase en nombre de Centroamérica. Nicaragua exigía hablar también, y El Salvador optó por retirarse y dejar a Centroamérica sin voz en el acto inaugural.En la reunión técnica para debatir el comunicado, todo estaba empantanado la noche del lunes (mañana del martes en España) en disquisiciones más o menos semánticas sobre cuatro puntos del comunicado final. Hasta se temía que la conferencia pudiese concluir sin un comunicado, lo que podría significar el fin del diálogo entre la CE y Centroamérica.

En las sesiones a puerta cerrada, en las que intervinieron los jefes de delegación, destacó la tarde del lunes el discurso del ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, quien consiguió aunar las ovaciones de unos y otros.

Discurso español

El ministro español pronunció un discurso conciso, que impresionó muy favorablemente a los otros países comunitarios, sobre todo después de la verborrea de los cancilleres de El Salvador, Acevedo, y de Nicaragua, Miguel d'Escotto, que aburrieron a los asistentes con la repetición de sus posiciones, conocidas hasta la saciedad. El discurso de Fernández Ordóñez, que mereció las alabanzas de las partes enfrentadas, destacó que el diálogo entre la CE y Centroamérica "debe institucionalizarse", y añadió: "Hay un espacio para el diálogo político entre Europa y Centroamérica y no podemos dejarlo vacío. No podemos dejar a América Central abandonada a las presiones unidireccionales. Y debemos contribuir los europeos a ampliar su margen de autonomía si se quiere emplear la palabra soberanía". Destacó Fernández Ordóñez la existencia de un "apoyo verbal" a Contadora y expuso la necesidad de "superar ese apoyo verbal, retórico, que es un lugar común".

España ha jugado fuerte la baza de llevar adelante el diálogo Europa-Centroamérica, ante el desinterés de muchos países de la CE, que brillaron por la ausencia de sus ministros de Asuntos Exteriores en la reunión de Guatemala.

Esta posición mediadora de España queda dificultada por las querellas entre centroamericanos. En el cóctel de la noche del lunes en el palacio presidencial de Guatemala, el canciller de Costa Rica, Rodrigo Madrigal, comentó que "Contadora es un muerto que nadie se atreve a enterrar".