Autonomía para los 'moros'

"Nuestro deseo es ahora negociar un buen acuerdo de automonía", comenta uno de los 20.000 manifestantes moros que el pasado viernes pidieron autonomía al Gobierno de Cory Aquino, de acuerdo con lo previsto en la nueva Constitución filipina, aprobada por una mayoría del 76% el pasado 2 de febrero.La palabra moro se utiliza en Zamboanga como una más de las heredadas de 400 años de colonización española. En Zamboanga y otras áreas de Mindanao se utiliza el chabacano, un lenguaje sin gramática y con un 70% de palabras de origen español.

Para satisfacer los deseos de mayor autonomía, (hay dos regiones que ya tienen Gobiernos autónomos, desde hace 10 años) el Gobierno de Aquino inicia hoy negociaciones, en Manila, con los dirigentes del FNLM, que dirige Nur Misuri, en el exilio en Arabia Saudí; del FMIL, cuyo liderazgo ocupa Salmt Hashim, también residente habitual en Yeddah (Arabia Saudí), y del FNLM-Reformista, controlado por Dimas Pundato.

En total, las guerrillas moras cuentan actualmente con unos 20.000 hombres armados, que están pendientes de la marcha de las negociaciones que hoy se inician en Manila, bajo la responsabilidad, por parte gubernamental, de Aquilino Pimentel, ministro de Asuntos Nacionales.

Los moros, de religión musulmana, piden la autonomía de islas como Mindanao, Basilan, Jolo, Tawitawi y Palawan, una autonomía interpretada a veces como un paso hacia una futura independencia, con la creación de un Estado filipino islámico, lo que causa gran inquietud en la mayoría católica de Mindanao.

El área de Zamboanga, y la isla de Mindanao en general, seguirá siendo uno de los principales escenarios de luchas guerrilleras en Filipinas, que duran ya 18 años, a menos que la Administración de Aquino logre dar un estímulo a la economía -incluida la nueva reforma agraria- y eleve el nivel de vida.

La mayoría de los 54 millones de filipinos vive en condiciones de miseria, incluida la minoría mora, que desea borrar totalmente la vieja afrenta de la época de la colonización norteamericana, desde 1898 hasta la independencia, en 1944, cuando muchos militares estadounidenses decían: "El mejor moro es el moro muerto". Hoy, los moros de Mindanao no parecen dispuestos a seguir muriendo ni por las balas del Ejército filipino, en su lucha guerrillera, ni por unas ínfimas condiciones económicas, que desean mejorar a través de la autonomía para Mindanao y otras islas del sur del archipiélago.