Siéntete bien a pesar del cierre
La casualidad quiso que fuera Dr. Feelgood (Dr. Siéntete bien) el encargado de dar la puntilla a las actuaciones de la sala Universal de Madrid. Era el único local que ofrecía semanalmente una programación de conciertos, alternando la presencia de grupos españoles más o menos conocidos con actuaciones de bandas extranjeras de segunda fila.Lorenzo Rodríguez, director de la sala, es uno de los pioneros en la creación de locales para conciertos y una de las víctimas del ruido de fondo. Sobrevivió al cierre de Rock Ola, Jardines, Morasol, Carolina, La Fiesta y, por último a la suspensión de actuaciones de La Universal. Sabe que es un perdedor, pero está dispuesto a seguir en la brecha, porque "la música es nuestra vida y es lo que nos gusta hacer, aunque cada vez nos lo ponen más dificil", aseguró.
El encargado de la sala cree que, en el fondo, los problemas tienen su origen en las relaciones personales. "Aquí nadie aguanta ni media", dice; "a los vecinos no les gusta llegar a su casa y que no haya sitio para aparcar; tampoco les merece confianza la gente que viene a este local, y encima algunos no pueden dormir, pese a que los conciertos se acaban antes de las doce de la noche". Lorenzo cuenta con sorna que la tensión se había hecho insoportable: "Casi todos los días, con el grupo actuando en directo se nos presentaba en la sala la Policía Municipal a mitad del concierto para ver si respetábamos el nivel de decibelios autorizado".
Los problemas de ruido, pese a que en la sala se han invertido 18 millones de pesetas en insonorización, "son dificiles de solucionar totalmente", aseguró. La sala Universal ocupa la planta baja de un edificio, situado en el número 3 de la calle Doctor Esquerdo de Madrid. En el sótano hay un bingo y en la planta superior oficinas. Una de las paredes de la sala, sin embargo, es colindante con un edificio habitado por familias. Un vecino de estas casas calificó los ruidos como "tortura nazi" y aseguró que algunas personas tienen que tomar tranquilizantes para dormir.
Universal, que antes fue un cine, empezó a programar conciertos en septiembre del 86. El local tiene dos barras y está decorado con los carteles de los grupos que han pasado por su escenario y un mural luminoso en el que se reproduce una ciudad de noche.
Una de sus cualidades es su situación. Al estar en la frontera entre el barrio de Salamanca y el de Ventas permite un acceso fácil a un público diverso.
Lorenzo rechaza que la sala tuviera problemas económicos y que se ha buscado una salida digna: "Nos estábamos defendiendo, y sobrevivimos gracias a que hemos conseguido hacernos con una clientela fija que viene a la discoteca, que seguirá funcionando como tal. Si ahora no nos reponde el público no vamos a poder soportarlo", asegura.
De momento, han tenido que suspender las actuaciones de Duncan Dhu, Loquillo, Mercedes Ferrer y los Flaming Grovis.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.