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ESPAÑA Y LA ENERGÍA ATÓMICA

Cosechas radiactivas

Las medidas de seguridad con que cuenta la Junta no impidieron que en 1970, por un doble fallo humano, 300 litros de líquidos altamente contaminados fueran a parar a la red de alcantarillado de Madrid, y de allí al Manzanares, al Jarama y, al Tajo. Más de 300 barriles con lodos y cosechas de las huertas cercanas a la capital se encuentran almacenados todavía hoy en El Cabril, como Consecuencia de aquel accidente.

Los bidones, etiquetados como operación Jarama, fueron reacondicionados en mayo de 1986 porque se encontraban deteriorados. Los elementos que escaparon fueron estroncio 90 y cesio 137, que tienen una vida de 30 años, y trazas de plutonio y uranio enriquecido.

El accidente se produjo el 7 de noviembre de 1970 y se mantuvo en secreto hasta mayo de 1971, en que, gracias a las filtraciones de la Prensa, la JEN hizo pública una nota en la que se afirmaba que sólo habían escapado 40 litros y que se había preferido "no alarmar innecesariamente a la población". Pasados 15 años de aquel accidente, un catedrático que desempeñó cargos de responsabilidad en la JEN resalta su frustración por que no haya existido un seguimiento científico: "La contaminación fue comparable a la que se produjo recientemente en la República Federal de Alemania y en el norte de Italia a raíz de Chernobil".

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Personal de la JEN limpió en aquel momento el cauce del canal del Jarama, cuyas aguas se utilizaron esos días para regar las huertas, y compró parte de las cosechas. "Aquellas hortalizas estaban sólo débilmente contaminadas", añade el catedrático, "porque las huertas se regaban por inundación y no por aspersión. Al estar los productos bastante crecidos, no absorbieron casi radiactividad, cosa que sí debió ocurrir en las recolecciones de los años siguientes".

La Junta volvió a sufrir, un accidente el mes de marzo de 1984, cuando se vertieron al alcantarillado 450 litros de agua contaminada con residuos radiactivos, y nuevamente pasaron dos meses hasta que se informó a la opinión pública del mismo. En esta ocasión, sin embargo, la contaminación revistió mucha menor gravedad.

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