El déficit se redujo al 4,5% del PIB en 1986 por el mayor ingreso fiscal sobre carburantes
El Gobierno ha cumplido su objetivo de déficit para 1986 gracias a que los impuestos sobre los carburantes recaudaron 254.000 millones de pesetas más de lo presupuestado. La presión fiscal del Estado ha subido más de un punto en sus diferentes definiciones, ritmo superior al de otros años Los ingresos aumentaron el 27,9%, y los gastos el 20,34%, aunque en términos homogéneos la expansión de ambos fue menor. El Estado gastó el 91% de lo previsto, si bien en las inversiones públicas sólo ejecutó el 79%.
Sin los beneficios de la caída del dólar y de los precios del petróleo, la mayor recaudación del IVA (cercana a otros 50.000 millones de pesetas) no habría servido para reducir el desequilibrio alcanzado por las cuentas públicas en 1985, cuando superó por primera vez a la media de la Comunidad Europea (CE). El déficit entre ingresos y gastos del Estado ha bajado precisamente en los 0,8 puntos del producto interior bruto (PIB) que representan los cita dos 254.000 millones, quedando en el 4,5% del PIB (4,5 de cada 100 pesetas generadas por toda la actividad económica).Mientras la ejecución de los presupuestos corrientes de 1985 situó sus ingresos en el 15,6% del PIB, los datos presentados ayer arrojan un 17,3%, con avance de 1,7 puntos. De este incremento, 0,7 puntos correspondieron a 233.100 millones de pesetas que antes de entrar en vigor el IVA recaudaban las diputaciones y otros entes públicos y en 1986 pasaron al Estado, que les prometió compensaciones equivalentes.
Con los ingresos pendientes de años anteriores y los 102.300 millones del presupuesto de relaciones con la CE, el total de ingresos no financieros subió hasta el 17,7% del PIB, con aumento de 2,1 puntos.
Otra definición de la presión fiscal del Estado -suma de impuestos directos, indirectos y tasas- arroja un incremento desde el 14% al 16,17% del PIB. Estos 2,12 puntos de aumento quedan en1,39 con los cambios debidos al IVA.
En la presentación de los ingresos y los gastos del Estado, el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, a quien acompañaban sus tres secretarios de Estado, evitó las anteriores comparaciones, se mostró satisfecho del balance y resaltó los aspectos más positivos. Los 40 folios entregados a los periodistas empiezan subrayando que, por primera vez desde 1975, se ha reducido, en 50.000 millones respecto a 1985, el déficit de caja no financiero del Estado, cerrado en 1.446.000 millones de pesetas, el previsto 4,5% del PIB.
Solchaga resaltó que los 0,8 puntos del PIB de reducción se han dado respecto a 1985 tanto en el déficit de caja del Estado corno en sus necesidades de financiación (1.565.500 millones, el 4,9% del PIB) y en la necesidad total de financiación de las administraciones públicas centrales (Estado, organismos autónomos y Seguridad Social). Este último concepto de déficit bajó desde los 1,67 billones (el 5,99% del PIB) hasta 1,64 billones (el 5,14%).
Si se incluyen las operaciones financieras (variaciones de la deuda, dotaciones al Instituto de Crédito Oficial y dinero para Rumasa), la financiación requerida por el Estado fue de 1.764.100 millones de pesetas. Aquí la reducción ha sido desde el 8,6% y 7,9% del PIB al 5,5%.
Solchaga negó que haya habido descontrol ni diferimiento de pagos para presentar un menor déficit; han quedado 808.200 millones de obligaciones pendientes, frente a 790.000 en 1985. Los pagos del Estado crecieron un 20,3% (hasta 7.075.300 millones), con un nivel de ejecución respecto a lo presupuestado del 91,4%, algo mayor al 88,8% de 1985, si bien en las inversiones públicas (reales y transferencias de capital) quedó en el 79%.
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