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La entrada en vigor del Acta Única Europea ya sólo depende de Dublín

El Parlamento griego fue, en la madrugada de ayer, el último órgano legislativo de un país de los doce en ratificar el Acta única, la primera gran reforma del Tratado de Roma, que dio lugar a la Comunidad Europea (CE). La entrada en vigor de esta reforma, aprobada en la cumbre de Luxemburgo en diciembre de 1985, está, sin embargo, pendiente del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el irlandés Raymond Crotty ante el Tribunal Supremo de Irlanda.El tribunal, que admitió a trámite el recurso presentado por este adversario de la pertenencia de Dublín a la CE, inició ayer el examen del recurso y dará su veredicto antes de fin de mes. Pero si le es desfavorable, Crotty podrá interponer un nuevo recurso, alargando el proceso judicial un par de semanas más.

En Atenas, los diputados socialistas y de Nueva Democracia (conservadores) votaron a favor, mientras los comunistas prosoviéticos se pronunciaron en contra del Acta única, cuyos instrumentos de ratificación habían sido curiosamente depositados por Grecia en Roma antes de que se llevara a cabo la votación en el Parlamento en virtud de una disposición constitucional que permite al presidente de la República, actualmente Christos Sartzetakis, hacerlo en caso de urgencia.

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