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Reportaje:La Convencion de Lomé, sobre el terreno / y 3

La ayuda no es desinteresada

La bandera de la CE sustituye en Africa a las viejas potencias coloniales

Andrés Ortega

La Comisión Europea tiene un representante o al menos una antena en cada uno de los 66 países de África, el Caribe y el Pacífico, partes de la Convención de Lomé. "Ningún país tiene esta red de representación", señala Michael McGeever, jefe de la delegación de la Comisión en Abidjan. A través de la CE, los doce pueden entrar o preservar e incrementar su presencia en África con una bandera que no es la de la antigua colonia, estiman diplomáticos europeos en Costa de Marfil.

En el plan de desarrollo del valle del Kan, en Costa de Marfil, patrocinado por la CE, se pueden ver tuberías francesas, pequeñas presas construidas por los franceses, un motor de bomba italiano. Los ciclomotores que se utilizan en los proyectos de desarrollo en Centroáfrica son franceses. Es una forma de ayudar también a la industria europea. "Este es uno de los objetivos escondidos de la ayuda europea", comenta un funcionario de la Comunidad." ¡Un dólar otorgado, nueve ganados! -una pequeña frase ciertamente demasiado lapidaria, pero que muestra bien esta ayuda al Tercer Mundo, que a nosotros nos gusta creer que es tan generosa...- Por cada dólar que nosotros damos de ayuda al Sur, le vendemos mercancías por valor de nueve dólares, y esto sin que la ayuda esté siempre ligada a la obligación de comprar productos comunitarios". La cita proviene de una publicación oficial de la Comisión Europea, cuyo objetivo es divulgar sus diversos programas de ayudas. Claro que la Comisión estima que "allí donde Europa obtiene nueve veces lo que ha invertido, Estados Unidos multiplica su inversión por 15, Japón por 21 y la Unión Soviética por 25".

Aportación española

En principio, las obras o material para estos proyectos se realizan por concurso. Los países en vías de desarrollo pueden presentar ofertas un 25% por encima de las de los europeos, y ganarlas.España, según pactó al ingresar en la CE, contribuirá con 70.000 millones de pesetas a la Convención de Lomé. Pero quizás otros países, como Francia o Italia, se beneficien de este dinero español si las empresas españolas no llegan a tiempo a estos concursos. "Se lo llevarán otros", comentó un diplomático español, que consideró que para que España saque ventaja de esta Convención de Lomé, lo que hay es que estar presentes en Bruselas. Para España, añadió, la Convención de Lomé es "una oportunidad para entrar en África". La falta de acceso español a estos proyectos ha provocado problemas en Bruselas. Claro que algunas fuentes comunitarias señalan que la culpa es de las propias empresas españolas, que no se han mentalizado aún para participar en este tipo de operaciones.

Pistas de tierra

La lucha contra la naturaleza

En Centroáfrica no hay trenes. Sí algunas carreteras, no más de 120 kilómetros, siendo el resto pistas de tierra. El FED, dice uno de sus responsables, "quiere que participen los campesinos en su cuidado", pero a menudo no lo consigue, y las pistas se degradan.En Costa de Marfil hace tan sólo unos años había más de 15 millones de hectáreas de bosques. Ahora quedan menos de cuatro millones. El que busca madera es un destructor. No porque corte árboles, sino porque para recogerlos abre caminos por los que entra gente que luego acaba con el resto de los árboles para lograr terrenos de cultivo. Cuando agota la riqueza de la tierra, la abandona y se va más lejos.

En el norte de Centroáfrica, la CE está estudiando la financiación de un plan para preservar la flora y la fauna en una zona de 4,5 millones de hectáreas en la que sólo viven 50.000 habitantes. Pero la población de animales se ve diezmada por cazadores furtivos a nivel industrial, muchos de los cuales son guerrilleros de Chad o de Sudán que cazan con armas de guerra. El proyecto pretende crear un tampón contra el avance del desierto mediante una banda de parques que atraviese el centro de África.

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