El Rey pide tacto y prudencia en las negociaciones relacionadas con la Alianza Atlántica

El rey Juan Carlos pidió ayer "el mayor tacto y prudencia para llevar a cabo las negociaciones relacionadas directa o indirectamente" con la integración en la OTAN. En su discurso a las Fuerzas Armadas en la conmemoración de la Pascua Militar, el Rey dijo también que el pueblo español "mira a sus ejércitos como prenda inapreciable de ciudadanía y clave e instrumento para la estabilidad democrática". El ministro de Defensa, Narcís Serra, que calificó a la OTAN como "conjunto de la voluntad de defensa de pueblos libres y soberanos", insistió ante los máximos mandos militares en que la participación española será "fuera de la estructura militar integrada".

Tanto el discurso del Rey como el del ministro de Defensa, que le precedió, tuvieron varias referencias a la nueva dimensión europea de España y a su condición de aliado de la OTAN, así como a los esfuerzos españoles en favor de la cooperación internacional y de la solución pacífica de los conflictos.En referencia a la participación en la Alianza, Atlántica, el rey Juan Carlos dijo: "En estos momentos en que el mundo se divide en poderosos bloques militares antagónicos y España ha elegido, por decisión popular, integrarse -con las limitaciones o condicionamientos también popularmente decididos- en la Organización del Atlántico Norte, será preciso hacer gala del mayor tacto y prudencia para llevar a, cabo las negociaciones relacionadas directa o indirectamente con aquella integración".

"Sé muy bien", añadió, "que vosotros estáis convencidos de la necesidad de organizar unas Fuerzas Armadas, conforme al modelo que el Estado y la sociedad requieren. Unas Fuerzas Armadas volcadas en la consecución de una operatividad real, para hacer posible su misión de defender militarmente a España, desprendiéndose de motivaciones ajenas a la profesión de las armas".

En su discurso, el Rey afirmó también: "Hemos de tener conciencia clara de nuestro papel, de las circunstancias que en nosotros concurren y de los intereses de España dentro del anhelo de paz que deseamos para nosotros y para el mundo entero, buscando siempre el equilibrio entre el mantenimiento de nuestra dignidad nacional y la atención a compromisos u obligaciones internacionales".

Esperar siempre

Don Juan Carlos dedicó "un recuerdo emocionado a los miembros de las Fuerzas de Seguridad y a cuantos, un año más, han sido víctimas de los ataques de un terrorismo cruel" contra el que se ha de luchar sin descanso. El Rey concluyó con un llamamiento a la esperanza, que resumió con una cita de Unamuno: "Esperemos siempre, aunque esperemos desesperadamente".

El ministro de Defensa, por su parte, se refirió a la doble inte gración europea de España du rante el pasado año; "dos acontecimientos fundamentales que corresponsabilizan a nuestra nación en el proyecto de construcción europea", dijo Narcís Serra El ministro calificó a la Alianza Atlántica como "conjunto de la voluntad de defensa de los pueblos libres y soberanos, un instrumento lo suficientemente flexible e integrador como para admitir diversas formas de colaboración".

"La participación española se realizará desde estas premisas fuera de la estructura militar integrada. Con esta decisión, España asume su participación en la defensa de Europa, defendiendo sus propios espacios de soberanía y, por ello, tanto la salvaguardia de los propios intereses como de los de sus aliados", añadió.

Durante el discurso del ministro de Defensa, tuvo que abando nar la sala, por sentirse indispuesto, el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Miguel Íñiguez del Moral, quien se reincorporó poco después, tras ser reconocido por un médico, que le apreció una ligera lipotimia.

La recepción militar, celebrada en la saleta de Gasparini y en el salón del Trono, en el palacio Real, estuvo precedida por la imposición de condecoraciones a varios jefes y oficiales. Previamente, los Reyes y el príncipe Felipe, éste con unifarme de guardamarina, saludaron al presidente del Gobierno, a los ministros de Defensa y de Interior y a una numerosa representación de los tres ejércitos.

La Pascua Militar, en su 205º aniversario, fue conmemorada también en las distintas capitanías generales. En el vino español que se ofreció al final de los actos en el palacio Real de Madrid, el Rey, la Reina, el Príncipe de Asturias, el presidente del Gobierno y los ministros de Defensa y del Interior charlaban en corrillos y tomaban canapés con jefes y oficiales, en un ambiente de distensión, calificado por un asiduo asistente como situado "a años luz" de las tensiones, matíces y obervación de gestos que dominaban este acto militar en los años de la transición política.