_
_
_
_

El Metro de París y los sindicatos del gas y la electricidad se suman hoy a la huelga de los ferroviarios

Lluís Bassets

La huelga de los ferroviarios franceses llega hoy a su vigésimo día en un clima de creciente endurecimiento. El primer ministro, Jacques Chirac, intervino ayer por primera vez en el conflicto, en unas declaraciones con motivo del Año Nuevo. Hoy entrarán en huelga los trabajadores del Metro de París y de la compañía de gas y electricidad, mientras la Confederación General de Trabajadores (CGT) intenta llevar a la paralización de todo el sector público y nacionalizado.

"No hay que contar con el Gobierno para dirigir una política que, bajo apariencia de comprensión y apertura", dijo Chirac, "haría arder de nuevo los precios, reactivaría la inflación y pondría en cuestión la competitividad de nuestra producción, lo cual se traduciría en 500.000 o 600.000 parados más para los próximos meses". En directa alusión al presidente de la República, François Mitterrand, Chirac manifestó su esperanza en que "haya una clara conciencia de parte de cada cual, vengamos de donde vengamos en el plano político, de nuestro apego a las exigencias de la unidad nacional y de la cohesión social".Pero sus referencias a la huelga se ciñeron estrictamente a la necesidad de contención salarial, extremo que no discute una buena parte de los huelguistas.

Jacques Chirac reunirá a primera hora de hoy a su Gabinete en el palacio de Matignon residencia del primer ministro, para "pasar revista a la situación económica y social" por la que atraviesa el país, según anunció ayer el portavoz del Ejecutivo, Alain Juppe. Este tipo de reuniones, que no son propiamente de Consejo de Ministros, pues no están presididas por François Mitterrand se celebran cada vez que los temas requieren una libertad de discusión que no permitiría la presencia del presidente socialista.

El espantajo comunista

Según el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), de tendencia socialista, el Gobierno está utilizando el espantajo de la CGT y de los comunistas. Estos últimos, junto con las bases de trabajadores no sindicados, son quienes mantienen posiciones más duras.Para la Confederación General de Trabajadores, la salida de la huelga debe ser una negociación sindical de todo el sector público y nacionalizado sobre el deterioro de su capacidad adquisitiva. Los sindicalistas más moderados consideran que no es imposible un acuerdo sobre condiciones de trabajo y garantías sobre la escala salarial en función de la antigüedad, pero advierten la coincidencia entre la CGT y el Gobierno de centrar el conflicto en la cuestión salarial, donde el margen de maniobra es mínimo.

Mientras se multiplican los incidentes entre los huelguistas, que impiden la circulación de los trenes, y la fuerza pública, solicitada por la dirección para desalojar vías e instalaciones, se ha desencadenado una guerra de comunicados entre los comités de huelga y la empresa de ferrocarriles.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Los portavoces de la empresa aseguran que se está produciendo una lenta pero constante reincorporación al trabajo, que en algunos casos se ha decidido en asambleas generales y en otros de forma individual.

Según cifras contrastadas, sobre 94 centros de trabajo (depósitos, en el lenguaje ferroviario francés), sólo 10 han votado la terminación de la huelga. La realidad es que la circulación de ferrocarriles tiende muy lentamente a la normalización, principalmente en el sector de grandes líneas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_