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La mayoría demócrata acoge con escepticismo el presupuesto enviado por Reagan al Congreso

Francisco G. Basterra

El presupuesto de 1,02 billones de dólares (135 billones de pesetas) para el año fiscal 1988, enviado ayer por Ronald Reagan al Congreso con la menor subida para gastos militares de su presidencia, ha sido acogido con absoluto escepticismo por el Congreso, que deberá aprobarlo y que, por primera vez desde que comenzó la era Reagan, está en manos de la oposición demócrata. El presidente, en un mensaje, invitó ayer al Congreso a propinar un golpe definitivo al déficit federal (próximo este año a los 170.000 millones de dólares) aprobando su presupuesto, que prevé un déficit: de 107.000 millones de dólares, con unos ingresos de 916.000 millones de dólares, y no contiene un aumento de impuestos.

Los líderes demócratas de las dos cámaras calificaron ayer el presupuesto de inadecuado, in viable e irreal e invitaron al presidente a negociar con ellos un acuerdo de recorte de gastos y subida de la presión fiscal. Pero la Casa Blanca se mantiene firme y anuncia que no cederá en lo que considera esencial: no subir los impuestos, mantener el nivel del gasto militar y recortar sustancialmente la protección federal que reciben los agricultores norteamericanos.El presupuesto estima para el año fiscal 1988, que comenzará el próximo 1 de octubre, un crecimiento del producto nacional bruto (PNB) del 3,7%, algo optimista, pero no excesivo para los expertos, y una inflación entre el 3%. y el 4%. También prevé un descenso en los tipos de interés de los bonos del Tesoro a 90 días a un 5,6% desde el actual 6%.

Más de un billón de dólares

El pasado año Reagan solicitó al Congreso un presupuesto de 994.000 millones de dólares. El nuevo presupuesto, que por primera vez supera la barrera del billón de dólares, solicita para el Pentágono 312.000 millones de dólares en autorización de gastos para 1988 (289.000 millones serán gastados en el ejercicio fiscal), lo que supone un aumento real, por encima de la inflación, de un 3%. Ésta es la cifra más baja pedida por Reagan en los siete años de su presidencia. El presidente la considera "el mínimo necesario para garantizar la seguridad nacional". En 1987, Reagan pidió un aumento real del 8% (320.000 millones de dólares), pero el Parlamento sólo aprobó finalmente un gasto de 289.000 millones de dólares, en la práctica un crecimiento cero sobre, 1986. En los próximos cinco años, Reagan propone gastar en la defensa 1,7 billones de dólares.

Continúa aumentando el presupuesto de la polémica Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida como guerra de las galaxias, para la que Reagan quiere gastar en 1988 un 62% más que el pasado año, en el que el Congreso recortó sustancialmente la Petición del Ejecutivo. La SDI, que está impidiendo un acuerdo de reducción de armas nucleares con la Unión Soviética, sigue siendo la prioridad militar de Estados Unidos.

Al igual que el pasado año, la Administración de Reagan cree que este presupuesto para el Pentágono será un incentivo para la negociación con la URS S. El líder de la Cámara de Representantes, Jim Wright, ha advertido a la Casa Blanca que el presupuesto del Pentágono será recortado "muy sustancialmente" por el Congreso.

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El presupuesto contiene 105 millones de dólares de ayuda para la contra nicaragüense, por debajo de lo que los rebeldes esperaban y de lo que la Administración hubiera deseado, pero quizá sea demasiado para el Congreso después del escándalo del Irangate.

En 1986 el Parlamento aprobó 100 millones de dólares para los rebeldes antisandinistas. El presupuesto requiere también 15.200 millones de dólares, frente a los 14.600 solicitados en 1986, para la ayuda exterior, que el pasado año fue recortada sustancialmente por el Legislativo.

Reagan solicita un incremento del 28% (118 millones de dólares más sobre 1987) para luchar contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), batalla que se ha convertido en la prioridad sanitaria de su Gobierno.

La NASA se salva

La agencia espacial NASA es, junto con el Pentágono, uno de los pocos organismos que se salva de los recortes presupuestarios. El presidente pide para la NASA un presupuesto de 5.600 millones de dólares, frente a los 4.300 de 1986.La batalla política de los próximos meses será cómo aumentar los ingresos sin modificar el impuesto sobre la renta -algo que, políticamente, sería muy impopular para los demócratas con vistas a las elecciones presidenciales de 1988-, pero logrando ingresos adicionales con impuestos indirectos sobre las importaciones.

El presupuesto, tal como ha sido presentado por el presidente, no tiene posibilidad alguna de ser aceptado por el Congreso. Reagan propone eliminar o reducir sustancialmente una docena de programas sociales, acabando con los préstamos a los estudiantes universitarios y con programas de viviendas baratas y de transporte público, pero sin tocar la red mínima norteamericana de seguridad social para los enfermos y ancianos.

El presidente propone recortes en el gasto por valor de 42.000 millones de dólares. El presupuesto proyecta 22.000 millones de dólares de ingresos suplementarios mediante la venta de bienes federales, como la línea más rentable del ferrocarril Amtrak (la Renfe norteamericana), que une Washington con Nueva York y Boston.

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