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Las autoridades chinas juegan la carta de la moderación ante el movimiento estudiantil

La forma en que las autoridades de Pekín han hecho frente a las manifestaciones ilegales de ayer y -anteayer en la capital china muestra una nueva tolerancia oficial hacia la disidencia, pero debida tan, sólo a que los estudiantes no han intentado, por ahora, movilizar al resto de los estamentos ciudadanos, según estiman diplomáticos extranjeros y funcionarios chinos.Las protestas, dos el jueves y otra en la mañana de ayer, se llevaron a cabo desafiando la prohibición de manifestarse en la histórica plaza Tiananmen y a pesar de los múltiples llamamientos difundidos por los medios de comunicación para que los estudiantes no se echaran a la calle.

En la mañana de ayer, los jóvenes recorrieron nuevamente los 15 kilómetros que separan la universidad de Pekín de la plaza, donde numerosos policías les permitieron maniféstarsey gritar' consignas a favor de la libertad y la democracia antes de que se dispersaran al mediodía. "La importancia de éstas y otras manifestacíones estudiantiles ocurridas durante este mes radica en que las autoridades las toleran", explica un diplomático occidental. "Un movimiento de protesta tan espontáneo y amplio no tierie precedentes en China. Siete años de reformas y la política de puertas abiertas han modernizado el país. Y, además, la mayoría de las peticiones estudiantiles se encuentra en la línea de la política oficial, sólo que los jóvenes exigen que se ponga en práctica más rápidamente", añade.

"Los estudiantes constituyen una clase especial en China. Dísfrutan una libertad de la que no goza nadie más y el partido desea seguir contando con su lealtad", explica otro diplomático.

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